Espejo inspiró el Día del Médico y el del Bibliotecario Ecuatoriano
Eugenio Espejo es considerado el padre de la medicina ecuatoriana, el primer higienista, orientador de educación médica, precursor de la bacteriología e iniciador del periodismo científico. Divulgó la ciencia en las colonias españolas. Por eso se designó a la fecha de su nacimiento, 21 de febrero de 1747, como el Día del Médico Ecuatoriano y también el Día del Bibliotecario. Se graduó a los 20 años (1767); en 1772, el Cabildo lo autorizó ejercer la profesión de médico. Sus obras de interés médico son Reflexiones sobre la viruela, Malignas inhalaciones de las tumbas, Memorias sobre el corte de las quinas y Voto de un ministro togado. Fue la conciencia crítica de su tiempo: abogado, periodista, bibliotecario, escritor, precursor de la independencia. En noviembre de 1790 asumió el cargo de bibliotecario de la Real Biblioteca Pública de la capital de la Real Audiencia de Quito, donde estaban olvidados 40.000 volúmenes requisados a los jesuitas cuando fueron expulsados de América (1767) por el rey Carlos III. Las duras críticas de Espejo contra los funcionarios coloniales a través de pasquines y libros lo convirtieron en un hombre temido y odiado. Tenía fe en la juventud a quien anhelaba hacer llegar las luces del nuevo pensamiento, he ahí su tarea de bibliotecario. El Ecuador es tierra de ensayistas poderosos y polemistas panfletarios. Murió el 28 de diciembre de 1795, tras salir de la cárcel, donde estuvo por sus ideas revolucionarias.
Lic. César Burgos Flor