La botella curada, el sello del ritual de sanación
Los sanadores tienen su espacio en los barrios populares de Guayaquil
En sectores populares de Guayaquil, como la cooperativa Pancho Jácome, isla Trinitaria cooperativa Nigeria, Bastión Popular, batallón del suburbio y Monte Sinaí, es común la aplicación de la sanación ancestral empleando diversos tipos de plantas.
Hombres y mujeres que confían en las propiedades de la medicina natural ancestral optan por ponerse en manos de los maestros sanadores, quienes aplican el conocimiento de antaño.
Un elemento ‘clave’ en los sistemas de sanación es la ‘botella curada’, que se utiliza para alcanzar la armonía. Es un concentrado de aguardiente de caña en una botella oscura, en la que se agregan una variedad de plantas utilizadas por los afroecuatorianos. Entre ellas, el cedrón, altamisa, palo santo, canalón, amargosa, zaragoza, bejuco de tigre y otros montes que tienen propiedades curativas ancestrales.
El brebaje es soplado a las personas durante el ritual de sanación. Entre las patologías más conocidas de los pacientes que acuden a los sanadores están: el mal de ojo, el espanto y el susto. Estos conocedores se percatan de la existencia de enfermedades que, según ellos, no logran ser curadas por la medicina tradicional occidental.
Según Eudocia Arboleda, sanadora, en los centros de salud actualmente no se está aplicando este tipo de cura, sino que lo hacen desde los distintos barrios.
“Buscamos que se considere este sistema de sanación en los centros de salud como una alternativa para curar enfermedades, y que se les permita intervenir cuando los médicos no encuentren la cura”, acotó la mujer.
“Sanamos enfermedades como lo hacían nuestros ancestros, el paciente encuentra cura inmediata a sus males. Por ejemplo, para el mal de ojo aplicamos el pasar del huevo y una oración para que la persona se sienta mejor’, detalló Valentín Espinales, conocedor ancestral.