Sexo y violencia
En efecto, el sexo y la violencia son los dos temas alucinantes del momento. Ello por la casi cotidianidad de los casos de feminicidio que se vienen cometiendo en nuestro país y, por las revelaciones de los chismosos “chicos de la prensa” y de las agencias internacionales del quinto poder; son la comidilla diaria en la mayoría de los países de este valle de lágrimas. Claro que, para variar, a veces también se produce algún “masculinicidio” que, a la postre, es el producto de una respuesta desesperada de la mujer atacada psicológica y físicamente por su marido, amante o una rencorosa expareja. Y en cuanto a la parte carnal, en que entra el deseo y la libido, que a veces no contempla género ni edades, también es escalofriante el número de víctimas de los violadores que, a través de engaños, calificados como estupro por la ley, de la amenaza o la fuerza, someten lo mismo a mujeres que a niños.
Un caso especial es el de la pederastia de los sacerdotes católicos en donde los abusos sexuales por parte de los ensotanados se suman por miles, sobre todo en América y Europa. Ante esta situación que atenta gravemente contra la respetabilidad de la Iglesia de San Pedro y de Paulo de Tarso -que fue el que llevó el mensaje de Cristo de los judíos a los gentilespor hechos que se han venido produciendo desde hace muchos años, décadas y hasta milenios, en forma impune por la condescendencia de cardenales, nuncios y obispos, crece una lacerante amenaza para la Iglesia, peor aún que el
...también es escalofriante el número de víctimas de los violadores que a través de engaños... someten lo mismo a mujeres que a niños’.
recuerdo de la macabra Inquisición (o Santo Oficio) que en sus tiempos de vigencia, desde que fuera creada en el siglo XII, con quema de herejes y mujeres calificadas como brujas, sumó un considerable número de víctimas sacrificadas en la hoguera en nombre de la ortodoxia católica.
El papa Francisco, como queriendo aplicar la expresión que dice: “más vale tarde que nunca”, presidió la primera gran cumbre vaticana que abordó esta problemática para que la Iglesia presente la cara sin dar excusas tardías y haga frente al problema de forma radical. ¿No sería más oportuno para la solución del problema suprimir el celibato que induce a los sacerdotes a la agresión sexual, sobre todo contra niños?