George Pell, el cardenal caído en desgracia
El ‘número tres’ del Vaticano es condenado por dos casos de abuso
De sacerdote en una parroquia rural a gran tesorero del Vaticano: la trayectoria ascendente de George Pell, el más alto representante de la Iglesia católica en Australia, quedó hecha trizas después de su condena por pederastia.
Para quienes lo admiraban, el cardenal Pell, de 77 años, encarnaba, con su imponente figura y su elocuencia, la ortodoxia del catolicismo en Australia. Pero en diciembre fue declarado culpable de agresión sexual a dos monaguillos en la Catedral de San Patricio de Melbourne en la década de 1990. La decisión se conoció ayer, cuando se retiró una obligación de silencio informativo respecto a su proceso judicial.
Pell, nacido en 1941, vivió un rápido ascenso hasta ser nombrado arzobispo de Melbourne, luego de Sídney y en 2003 fue incluido en el poderoso Colegio de Cardenales, lo que le dio la posibilidad de votar en los cónclaves en los que se eligió a los papas Benedicto XVI y Francisco.
En 2014 el Papa argentino lo eligió para lograr una mayor transparencia en las finanzas del Vaticano, convirtiéndose en número tres de la Santa Sede.
“El cardenal Pell es uno de los hombres eclesiásticos más grandes que Australia haya tenido”, dijo de él el ex primer ministro Tony Abott.
Pero su reputación se vio perjudicada en los últimos años por las acusaciones de graves delitos. Él negó que hubiera encubierto abusos cometidos por curas en el estado de Victoria, en el que trabajaba.
Al respecto, el Vaticano en un comunicado anunció que “es una noticia dolorosa que, somos conscientes de ello, escandalizó a muchas personas, no solo en Australia. Como ya hicimos otras veces, reafirmamos nuestro profundo respeto por las autoridades judiciales australianas”.