No más subdesarrollo
EDITORIAL
Cada minuto, la ciencia descubre o inventa nuevos elementos para facilitar la existencia de la humanidad, lo que evidencia la ambición de la especie por controlar el hábitat en el que se desenvuelve.
Pese a estos esfuerzos, aún hay países en los que toda iniciativa de desarrollo se estanca por legislaciones arcaicas que no sintonizan con la realidad.
Y ocurre hasta en las cosas más simples y cotidianas, como el hecho de seguir emitiendo facturas físicas por cualquier compra cuando todo debería estar digitalizado.
En la actualidad hay formas de determinar hasta la ubicación de una persona gracias al sistema GPS, cuyo alcance no ha sido aprovechado correcta- mente todavía.
Más preocupante aún es el hecho de que en Ecuador se adquieran millonarios equipos médicos de última generación y que no existan operarios calificados que garanticen su correcto funcionamiento, en vista de que algunos planes de estudio no han sido actualizados desde hace décadas.
Por eso aquí se siguen usando métodos antiguos para curar males que en pleno siglo XXI pueden ser detectadas incluso desde el nacimiento. Por increíble que parezca, hay pacientes que deben acudir a la justicia para luchar por su derecho a un tratamiento en el caso de las denominadas enfermedades raras, que ni siquiera existen en los programas de salud.
Qué decir de los trámites de comercio exterior, en los que se
Por eso aquí se siguen usando métodos antiguos para curar males, que en pleno siglo XXI pueden ser detectadas incluso desde el nacimiento’.
sigue usando una montaña de papeles en lugar de impulsar la tecnificación de los mismos. O que para las diligencias burocráticas continúen exigiendo copias de cédula y papeleta de votación, sin tomar en cuenta que toda esa información está disponible en línea.
En este Ecuador de contrastes, el transporte público no deja de ser ineficiente, mientras que en el mundo los traslados se realizan en vehículos de altísima velocidad que ahorran tiempo y dinero a los ciudadanos.
Por eso es urgente que nos pongamos a tono con el vertiginoso avance de la tecnología, no vaya a ser que nos gane el subdesarrollo, mientras seguimos tolerando altos índices de analfabetismo, que tarde o temprano nos pasarán la factura.