Con la música de Julio Jaramillo, una lojana se inspira para hacer sus famosos bizcochuelos
Sus tartas llegan a diversos rincones del país y del exterior
La provincia de Loja cuenta con una variedad de platillos íconos de su gastronomía. Entre los más tradicionales destaca el bizcochuelo.
Olga Jiménez, de 64 años y oriunda de la parroquia Quinara, prepara estos dulces para ganarse la vida. Con más de 50 años en la labor culinaria, ella ha logrado que sus bizcochuelos (una masa de harina, huevos, azúcar y algo de levadura que se cocina en el horno dentro de un molde), sean muy demandados por el público.
Por su labor, Jiménez goza de popularidad en su pueblo. Vive en el barrio La Palmira, a pocos minutos del centro parroquial.
“Desde muy pequeña he venido preparando los bizcochuelos; yo miraba cómo mi madre los hacía y de ahí pude aprender la receta y preparación”, comenta la mujer.
Tan famosos se han hecho los dulces de doña Olga, que recibe pedidos de todo el país. Incluso los envía con migrantes al extranjero, a países tan lejanos como Italia, Estados Unidos y España. “Me encanta lo que hago y siempre con amor”, acota.
Sus clientes le atribuyen a Jiménez una “buena mano” para hacer sus tartas. Ella dice que el secreto está en otra parte. Comenta que al son de la música de Julio Jaramillo, bate la masa y consigue su consistencia perfecta. Precisa que una de las canciones que más le gusta del Ruiseñor de América es ‘Historia de amor’, la cual hace alusión a su nombre: “Olga se llamó la ingrata que en mi vida hallé / con fe y con locura fue a quien más amé...”.
La artesana lojana cuenta que a sus bizcochuelos también les agrega dos ingredientes únicos: amor y dedicación.