El sábado negro de Pío XII
En 1943 un millar de judíos estuvo cerca del Vaticano camino a Auschwitz ❚ La próxima apertura de los archivos secretos podría explicar el silencio papal
El sábado 16 de octubre de 1943, pasadas las cinco de la mañana, las SS entraron en el barrio judío de Roma y rodearon las calles adyacentes al Pórtico de Octavia. Sacaron a la gente de su casa al alba, en el día de reposo judío, y arrestaron a 1.024 personas. Había más de 200 que eran niños. Todos fueron trasladados al colegio militar de la Vía della Lungara, a la otra orilla del Tíber y a pocos metros del Vaticano. La mañana del 18 de octubre, a las 14:05, más de 48 horas después de su detención, un tren de 18 vagones salió de Tiburtina rumbo a Auschwitz. Solo volvieron 15 hombres y una mujer. Eugenio Pacelli, conocido como papa Pío XII (1939-1958), andaba ya por su cuarto año de pontificado. Pero ni él ni nadie en el Vaticano, pese a que era imposible ignorar aquel suceso a tan pocos metros de la plaza de San Pedro, alzaron la voz. En marzo de 2020, sin embargo, se abrirán los archivos secretos que permitirán a los investigadores aportar luz a aquel capítulo.
El silencio del sábado negro es una de las muchas sombras que pesan sobre el periodo de Pío XII, marcado por la II Guerra Mundial y un mutismo que muchos han considerado cómplice con el exterminio nazi. El Vaticano siempre lo ha negado.
Francisco ordenó abrir el archivo que contiene toda la documentación relacionada con aquellos días. “La Iglesia no tiene miedo a la historia, la ama. Asumo esta decisión después de escuchar la opinión de mis colaboradores más cercanos, con una mente tranquila y confiada, segura de que la investigación histórica seria y objetiva podrá evaluar en su luz correcta con la crítica apropiada, momentos de exaltación de ese pontífice y, sin duda, también momentos de serias dificultades, de decisiones atormentadas, de prudencia humana y cristiana”, señaló Bergoglio.
El Vaticano comenzó a abrir los archivos desde 1881, durante la etapa de León XIII (18781903). Desde entonces lo hace siempre por pontificados, y hasta llegar a Pío XII se han sucedido algunos reinados muy largos (Pío XI: 1922-1939 y Benedicto XV: 1914-1922). Por eso se ha tardado tanto en alcanzar un punto clave para los historiadores. Francisco, de hecho, había dado siempre su beneplácito a la apertura de los archivos y había destacado que Pacelli en secreto salvó a muchos judíos, pero la ingente cantidad de documentos de los casi 20 años de pontificado había retrasado el trabajo para su catalogación. En la última década, unas doce personas, bajo la dirección de Sergio Pagano, prefecto del Archivo Secreto, se han ocupado de ordenar dieciséis millones de documentos, más de quince mil sobres y dos mil quinientos archivos.
La documentación del pontificado de Pío XII, sin embargo, no estaba completamente oculta. Cuando surgió la polémica en la mitad de los años sesenta, Pablo VI encargó a un grupo de cuatro historiadores jesuitas pertenecientes a las distintas nacionalidades que estuvieron en la guerra (alemán, italiano, francés y estadounidense) que revisara los documentos. Luego ordenó publicar los más importantes. Han salido ya, desde 1965 y 1981, 12 volúmenes de actas y documentos de la Santa Sede concernientes a la II Guerra Mundial. Millares de páginas que gracias al patrocinio de un judío norteamericano favorable a Pío XII, se pueden consultar libremente.
La comunidad hebrea, que el lunes celebró la noticia de la apertura, fue favorable a Pío XII al principio y luego se dividió, como recuerda el historiador y exdirector de L’osservatore Romano, Giovanni Maria Vian. “Habrá siempre enemigos encarnizados de Pío XII, pero eso no pertenece a la historia. Es un conflicto ideológico que la apertura de los archivos debería permitir superar. No fue ni un héroe ni un profeta, pero intentó salvar más vidas de lo que pudo a costa de riesgos muy efectivos”.
LA FRASE Fue un hombre de su tiempo que hizo lo que pudo. No tenía miedo por sí mismo, sino responsabilidad por toda la Iglesia.