Asamblea: otra semana perdida
Por segunda semana consecutiva, Elizabeth Cabezas no convocó a una nueva sesión del Pleno ❚ Mientras tanto, el trabajo pendiente se acumula
Veinticinco informes de proyectos de ley listos para primero o segundo debate; dos vetos parciales del Ejecutivo a leyes aprobadas por el Pleno; dos pedidos de fiscalización (uno contra el Consejo de la Judicatura transitorio, otro contra la excanciller María Fernanda Espinosa) represados desde hace meses en el Consejo de Administración Legislativa (CAL); una propuesta de enmienda constitucional para modificar las atribuciones del Consejo de Participación
EL DETALLE Bajo rendimiento. El 14 de marzo, Elizabeth Cabezas cumplió un año como presidenta de la Asamblea. Su agenda era aprobar 48 leyes; lleva apenas 21.
Ciudadana… El trabajo pendiente no parece conmover a la Asamblea Nacional. Con toda esta lista de tareas por delante, la presidenta Elizabeth Cabezas dejó pasar otra semana (la segunda consecutiva) sin convocar a una nueva sesión plenaria y los legisladores (al menos es lo que se dice por acá) viajaron a sus provincias para apoyar a los candidatos de sus partidos en el cierre de campaña electoral.
El CAL tampoco ha sido convocado, ni siquiera para tratar el proyecto de enmienda constitucional presentado por la propia presidenta. Solo el trabajo en las comisiones continúa, aunque reducido a su mínima expresión. Ayer, únicamente sesionó la de Relaciones Internacionales. El lunes, la de Justicia. Y hoy, miércoles, día en el que normalmente se reúnen todas, solo dos lo harán: la de Derechos Colectivos y la de Desarrollo Económico, en la que comparecerá el ministro de Economía, Richard Martínez, para explicar, entre otras cosas, el acuerdo con el FMI.
“Esta es una semana electoral -explicó ante las cámaras de la televisión la oficialista Ana Belén Marín- así que qué mejor oportunidad para que nosotros como políticos estemos en territorio”. Aunque no sea precisamente el territorio para trabajar en el cual fueron electos. El argumento del “trabajo en territorio” se emplea también para justificar el fin de semana extendido de que gozan los asambleístas, quienes normalmente desaparecen de sus oficinas los jueves por la tarde y no regresan hasta el martes.
Esta semana de inactividad ocurre apenas diez días después de que los asambleístas volvieran del período de receso legislativo. Consultado por este Diario, el legislador de la Izquierda Democrática René Yandún recordó que, en anteriores años electorales, se hacía coincidir el receso con la semana del cierre de campaña, precisamente para evitar estas dilaciones. En esta ocasión se prefirió que el receso coincidiera con el carnaval, gracias a lo cual los legisladores postergaron dos días su regreso. Tres, de hecho: el Miércoles de Ceniza apenas hubo una sesión de la Comisión de Salud, por la tarde. Las actividades se retomaron, en realidad, el jueves 7.
Y mientras el tiempo se desperdicia de esta forma, las metas acordadas por Elizabeth Cabezas con los jefes de bloque se tornan, a estas alturas, inalcanzables. 48 leyes prioritarias constaban en la hoja de ruta trazada cuando la oficialista asumió la presidencia, el 14 de marzo del año pasado. Un año después, apenas 21 han sido aprobadas. Y faltan dos meses para que concluya su período. Ella atribuye este bajo rendimiento legislativo a los incidentes políticos presentados en estos meses, como el caso de los diezmos, y al bajo rendimiento de las comisiones.
Lo cierto es que la veintena de informes sobre proyectos de ley listos para primer o segundo debate salieron de las comisiones y es en la Presidencia donde se encuentran estancados. Y los incidentes políticos no causarían demoras en las tareas legislativas si no fuera por su propio manejo de los tiempos.
Ahora mismo, cuando las críticas a su gestión se multiplican, la bancada correísta busca apoyos para destituirla y los pedidos de investigación del caso INA Papers incomodan al gobierno, es Elizabeth Cabezas quien ha decidido no convocar al Pleno y postergarlo todo para después de elecciones, quizá con la esperanza de diluirlo. Pero cada vez que la presidenta se decide a ganar tiempo de esta forma, en realidad lo pierde.
RECURSO PLENO