Un tramo de la avenida Francisco de Orellana se congestiona tras la unificación semafórica
El retorno ahora es peligroso, hay mayor riesgo de que ocurra un accidente de tránsito en el sector. No había problemas con el antiguo procedimiento de los semáforos. Resulta difícil cruzar de carril para tomar el redondel. Es verdad que se hizo el cambio para mejorar la circulación, pero debe pensarse en lo que podía ocurrir después.
Un equipo de EXPRESO comprobó ayer el cuello de botella que se forma durante el entrecruzamiento de los vehículos. Unos intentaban girar por el redondel y otros buscaban avanzar hacia el norte de Guayaquil, lo que en ocasiones genera roces de automotores.
Parte de la carga vehicular corresponde a los buses de cinco líneas urbanas, sin contar las tricimotos que circulan por la arteria de manera informal.
Otra de las causas es el mal estado de la vía que conecta con Los Vergeles. Los huecos obligan a frenar a los carros y motocicletas, lo que dificulta el paso de las unidades que desde el semáforo buscan avanzar por la Francisco de Orellana.
Por su trabajo, la avenida es la ruta obligada del conductor José Segura. Comenta que ha sido testigo de varios accidentes de tránsito, especialmente en las noches y hora pico.
“Antes era menos complicado avanzar hasta el redondel, basta un descuido para que se presente un accidente, un motivo para que se forme un embotellamiento”, señaló.
Los inconvenientes también son para los transeúntes. Lorena Miranda, habitante de Mucho Lote, manifestó: “Prácticamente cruzamos corriendo en medio de los automotores”.
El jefe de Planificación de la ATM, Freddy Granda, indicó que la unificación semafórica se hizo basada en un análisis. Aseguró que bajo esta modalidad se logró reducir las extensas hileras de vehículos en la Francisco de Orellana.
El taxista Lorenzo Bedoya cree que sí se redujo la extensión de las columnas en la avenida, “pero hay que buscar una pronta solución para los semáforos del redondel”.
ELLOS OPINAN