Cuenca opta por un rostro nuevo
El joven empresario Pedro Palacios vencía anoche a los favoritos
El joven empresario Pedro Palacios daba anoche la gran sorpresa en los comicios para la Alcaldía de Cuenca al distanciarse de quienes figuraban como favoritos, obteniendo el 52 % de los votos contados hasta las 22:10.
De profesión ingeniero comercial, Palacios derrotaba parcialmente, en su orden, a conocidas figuras como Jefferson Pérez, excampeón olímpico de marcha; Marcelo Cabrera, actual alcalde de la ciudad; y Paúl Carrasco, exprefecto del Azuay.
El voto urbano fue decisivo para el virtual vencedor de la contienda, aunque también en la ruralidad obtuvo una significativa aceptación, lo que lleva a percibir que los cuencanos decidieron por el cambio generacional, por gente joven que encamine los destinos de la ciudad hacia un futuro mejor.
El primero en reconocer la victoria de Palacios fue Carrasco: “Aceptamos la derrota, el pueblo cuencano ha decidido democráticamente por un candidato joven. Le deseo a Pedro éxito, que administre a Cuenca con cariño y criterio”, expresó el exprefecto.
Luego, con visible desazón, anunció que su vida política seguirá pese al revés actual.
Cabrera, quien no logró la reelección, prefirió no pronunciarse hasta no tener mayores cifras y porcentajes de los resultados del proceso.
En cambio, Palacios recibió los resultados preliminares en casa, junto a su familia. Pasadas las 22:00 se subió a una camioneta azul y se dirigió a la sede de la alianza Movimiento Ecuatoriano Unido-partido Justicia Social, ubicada en la avenida 24 de Mayo, en el suroeste de Cuenca. Al llegar, el aspirante fue prudente en sus declaraciones. Agradeció al pueblo y a su equipo de trabajo por el respaldo brindado a su candidatura.
“Aún no me siento el nuevo alcalde, pero estos resultados son el fruto de dos años de proyectos y conexión con el pueblo cuencano -exclamó-. Vendrá una reingeniería en la Municipalidad para desterrar lo político-partidista”.
Luego se retiró a su hogar, no sin expresar palabras de consideración hacia sus rivales políticos.