Hasta los comicios tensan la fr
Los militares desplegados en San Lorenzo tuvieron que acudir hasta Ricaurte ante la quema de papeletas. Hubo conatos de violencia en varios puntos del país
INCIDENTES.
Con el 50 % de votos a favor, pero solo con el 3,48 % de escrutinio, los seguidores de Gleen Arroyo, candidato a la alcaldía de San Lorenzo, se mantenían en vigilia en la avenida Camilo Ponce a la espera de un pronunciamiento oficial. Le seguía, hasta el cierre de esta edición (00:00), Hipólito Rodríguez con el 25 %.
“Amor y alegría”, se adelantó a decir a EXPRESO Roberto Fernández, secretario de la Alianza Democracia Sí, a la que pertenece Arroyo, sobre los sentimientos de las decenas de personas que se agolparon en la urbe, en la sede central. Estuvieron allí desde las seis de la tarde. Aún falta escrutar y resolver los inconvenientes de la jornada electoral.
En el cantón San Lorenzo (Esmeraldas) aún se respira miedo. El paso a la parroquia de Mataje, un año después de los ataques narcoterroristas, sigue prohibido. Y no llega la paz... Ayer, mientras se llevaban a cabo las votaciones, una alarma saltó en Tululbí, cabecera en Ricaurte, a quince minutos en auto del centro de San Lorenzo. Estaban quemando papeletas.
A las 14:00 y con 38 grados centígrados, los militares, subidos en dos camiones, partieron de la base rumbo a esa parroquia donde algunos habitantes, minutos antes, habían ingresado al recinto electoral (un coliseo) para apoderarse de las urnas y tomar las papeletas. Enfrentados a los uniformados, lograron sacar el material electoral.
Enfrente, un terreno baldío fue la escena del delito. Echaron allí las papeletas y les prendieron fuego, bajo un gran árbol que hacía sombra. Alrededor, los moradores miraban cómo se consumía hasta la última hoja. Nadie se hizo responsable. La mayoría se escabulló cuando los dos camiones militares llegaron al lugar y bloquearon el ingreso al recinto. Ya se habían suspendido las votaciones.
De entre el tumulto apareció un habitante (alto, cabello ensortijado, con jeans y camiseta) que no se identificó. Sí dijo que es una zona de riesgos para los extraños. También dijo que no sabía por qué ocurrieron los disturbios. O no lo quiso decir. Aunque todavía se investiga, el capitán de corbeta Jainer Albuja contó que la posible causa para la quema de papeletas fue que muchas personas de otras localidades se cambiaron de domicilio de votación y se inscribieron en Ricaurte solamente para “hacerle ganar a su candidato”. Más gente, más votos. Así de simple, en un pueblo de pocos habitantes. Eso provocó la ira de los pobladores. Esta noticia se hizo eco en las otras parroquias por un vídeo que se difundió: la gente desatada botando las papeletas hacia el cielo, los uniformados intentando detenerla... “Es un delito”, dijo Albuja. Por eso llegó la Policía Judicial.
En San Lorenzo, en el centro, hubo calma. Con la esperanza puesta en las nuevas autoridades, Karen Carabalí, de 29 años, llegó a la Escuela 22 de Marzo para sufragar. Marisol Méndez, en cambio, votó en la Escuela 26 de Agosto. El clamor: agua potable, alcantarillado... lo básico. No hablaron mal de Gustavo Samaniego, alcalde saliente. Sí dijeron que esperan que las obras continúen. Prefirieron no decir nada de los ataques narcoterroristas. Esquivaron las preguntas...
En los recintos sí había resguardo de miembros de la Marina y de la Policía. Jackson Medina, teniente naval, indicó que los uniformados fueron ubicados en puntos estratégicos y que, en caso de disturbios, estaban preparadas las fuerzas de reacción.
En Mataje, según el coronel Milton Rodríguez, comandante del Agrupamiento Táctico de Mataje, todo se realizó con “tranquilidad”. Se dispuso un operativo para la protección del proceso electoral y el que ya había, de la frontera. Pero no hay cómo pasar. Y punto... Mientras que en Esmeraldas, capital de provincia, hubo retraso en el proceso electoral. Moradores que madrugaron a sufragar se mostraron molestos.
Pero no solo la frontera demostró ser una zona caliente. En disturbios y quema de papeletas terminaron los comicios en la cabecera cantonal de Las Lajas, en El Oro, antes de que las juntas receptoras del voto culminaran su trabajo.
También en Daule se encendieron los ánimos ante las sospechas de fraude. Simpatizantes de varios partidos se agolparon en los exteriores del Colegio Ecuador Amazónico, en la cabecera cantonal, para reclamar y denunciar el supuesto vínculo de la familia del candidato del PSC con delegados del Consejo Electoral. La Policía Nacional lanzó gas pimienta, en dos ocasiones, para controlar los ánimos.
Mientras que en Santa Lucía tuvieron que solicitar refuerzos a grupos de élite para resguardar los colegios.