Un voto que se movilizó sobre el agua
Aunque no hubo lluvias fuertes, hubo recintos en zonas inundadas
Las pisadas de Patricia Moreira, habitante del recinto Candilejo en Salitre, son sigilosas. Se mueve lento porque no quiere salpicar su ropa de lodo y menos sufrir una caída sobre el gran charco formado hace semanas en la Unidad Educativa Salitre, su sitio asignado de sufragio. Esto, luego de que las lluvias dejaran un 80 % de esa población bajo el agua, según datos del Comité de Operaciones de Emergencia (COE).
“Nos hemos tenido que venir desde Candilejo en canoa y tricimoto, peligrando. El pasaje está subido, normalmente cuesta $ 0,25 y nos trajeron por $ 1. Esta inundación nos sirve para ser conscientes de hacer una elección que nos saque de estos problemas”, comentó esperanzada de que estos comicios lleven a su tierra la solución de sus adversidades.
Mientras tanto en el recinto Laurel, también de Salitre, la escuela Matilde Hidalgo de Procel, nave electoral, quedó anegada por el desbordamiento del río Pula, que también afectó a localidades dauleñas. Quienes tenían destinada su votación en dicha institución tuvieron que trasladarse hasta la iglesia Señor de las Aguas, donde el Consejo Nacional Electoral (CNE) improvisó un nuevo espacio para los comicios seccionales 2019.
Asimismo, los habitantes del recinto Monte Mona del Casino, de Salitre, se movilizaron en canoas para llegar a la vía principal, para de ahí tomar un automotor hacia sus recintos electorales. Allí, los vecinos también se quejaron de supuestos cobros elevados de la transportación, por ser el día de las votaciones.
La provincia de Los Ríos también salió a elegir a sus representantes sorteando las lagunas que se han formado en gran parte de su capital, Babahoyo. A bordo de canoas y con los zapatos en la mano, salieron a sufragar los habitantes de los sectores Rosa de Agosto y Jorge Yánez en la parroquia El Salto de Babaho- yo, que permanecen inundados desde la madrugada del sábado tras el desbordamiento del río, que inundó más de 200 viviendas en cuestión de minutos. Fanny Zúñiga tomó una canoa desde su casa para trasladarse a la Unidad Educativa Daría C. Guevara, donde se desarrollaba la jornada electoral. La emergencia sanitaria en el lugar es preocupante, debido a que los pozos sépticos están colapsados y los niños sufren erupciones cutáneas en sus extremidades.
En cambio, José Pinto y Lorena León, del recinto Las Balsas, tuvieron que caminar con el agua hasta la entrepierna para ir a votar. En el sitio donde viven no ingresan las canoas, por lo que no les quedó más que salir caminando para evitar pagar la multa por no ir a sufragar.
Una situación similar se vivió en la provincia de Manabí. En la Unidad Educativa Manuel María Sánchez, recinto electoral de la cabecera parroquial de Cojimíes, el proceso arrancó cerca de las 10:00, por la acumulación de agua que se presentaba en la institución.
Para ejercer su derecho y retirar el certificado, los votantes manabitas ingresaron por el sitio del empozamiento. El agua tenía al menos 30 centímetros de altura, informaron los afectados.
MANABÍ