La medicina alternativa gana cada vez más adeptos
El biomagnetismo seduce a los cuencanos ❚ El poder de los imanes se aplica contra enfermedades físicas y mentales
Reseteo de cuerpo y mente. Es una terapia curativa complementaria que se aplica en base al biomagnetismo (uso de imanes), y que en Cuenca va tomando fuerza. Con ella, muchos pacientes aseguran haber experimentado el restablecimiento, muchas veces total, de su salud física.
Son al menos nueve los terapistas que en esta ciudad del austro ecuatoriano practican este método curativo, que fue descubierto en 1988 por el mexicano Isaac Goiz Durán.
El terapista Esteban Caldas, especializado en México, explica que la técnica consiste en colocar pares de imanes (positivo y negativo) en los distintos órganos del cuerpo que pudieran estar alterados por la presencia de hongos, bacterias o microorganismos.
El especialista agrega que la presencia de los organismos extraños provoca que las partes del cuerpo humano tengan una disfuncionalidad, generando así las distintas enfermedades. Aclara que cada órgano tiene un potencial de hidrógeno (PH), que debe ser de 7,3 para un normal trabajo del organismo.
EL DETALLE Sugerencia. Los imanes pueden ser naturales o artificiales, con no menor a dos mil ‘gauss’, medida cegesimal que mide el flujo magnético. ACTIVIDADES
“Las bacterias, hongos y microorganismos alteran el PH y generan una descompensación. Con la colocación de los imanes, que es un mineral combinado de dos óxidos de hierro con propiedades magnéticas, se regula ese potencial”, añade Caldas. “Es el mismo organismo que reacciona de manera natural para eliminar los microorganismos a través de la orina, heces y hasta vómitos”.
Según los seguidores de esta terapia, la mejoría y la total curación llegan de manera natural tras el logro de un funcionamiento adecuado y normal de los órganos.
Efraín Velasteguí, terapista especializado en la Universidad Cooperativa de Colombia, comenta que el diagnóstico se realiza con el paciente boca arriba, sobre una camilla, pero con los pies fuera del mueble. “Se va moviendo ligeramente las extremidades de arriba hacia abajo -explica-. Ahí está la energía del cuerpo. De acuerdo a la reacción de los pies con los movimientos se descubre la descompensación de órganos, sea positiva o negativamente, y se determina el imán a colocarse (positivo o negativo).
Caldas y Velasteguí, coinciden al afirmar que los pies develan el estado de salud de cada paciente.
Esta terapia reemplaza a los antibióticos sin efectos secundarios y la mejoría o curación es más rápida. Dependiendo de la patología, es el número de sesiones que recibe el enfermo, pero no podrá menos de tres.
“La medicina y la religión, son una cuestión de fe, expresa Margot, una mujer de 56 años, a quien los exámenes médicos le detectaron unos nódulos malignos en la glándula tiroides.
“Decidí acudir a un centro de terapia biomagnética. Con cuatro sesiones, las molestias han ido desapareciendo, a tal punto que la medicina química que me recetaron (en un consultorio convencional) la he ido bajando sin desmedro de mi salud”, cuenta la paciente, quien no proporciona su nombre completo.
Confiesa que pese a las terapias de biomagnetismo, ella sigue asistiendo a las consultas con su otro médico, quien “me me dice que voy mejorando y que siga con las dosis que me ha recetado. Lo que no sabe es que lo he logrado con los imanes”.