Un homenaje de despedida al músico y poeta Tito Cerda Llona

Tiene 89 años y sus allegados lo llaman el Conde D’ámico

“Somos pasajeros de la tierra, uno se va quedando como una hoja muerta”, fueron las primeras frases que el músico y poeta guayaquileño Tito Cerda Llona pronunció la noche del miércoles 22 en un homenaje que le brindaron sus más íntimos amigos en una casa del centro de la urbe.

Sus cabellos plateados y una corbata roja resaltaban entre los más de 20 asistentes al acto. “Lo que más miedo me da es dónde van a quedar mis esculturas y poesías. No he terminado de dar todo”, afirmó mientras unas lágrimas rodaban por sus mejillas.

Según Silvia Vélez, una de sus amigas, Cerda Llona vivía en Chile, pero llegó a Guayaquil hace más de 30 años para cuidar de su hermana Lyli, quien falleció en febrero pasado. Pero como ya no tiene más familiares en Ecuador, su sobrino, radicado en Chile, se lo llevará allá, donde piensa acudir a la Casa de la Cultura de ese país para hacer gestiones que le permitan volver a tocar el piano en esa institución.

El mayor anhelo de sus amigos y el del propio Cerda es regresar posteriormente al Ecuador para el lanzamiento de un libro con más de mil poemas de su autoría.