Una reunión anual llena de afecto y anécdotas colegiales
Las exalumnas del María Mazzarello celebraron la fiesta de la Virgen María Auxiliadora ❚ Participaron de una misa y de un bingo con fines benéficos
Rostros emocionados al ver el aula que las acogió por tantas horas, abrazos interminables con las compañeras o maestras de antaño, miradas perdidas en los viejos muros del patio exterior, ojos húmedos buscando un nombre en las listas de egresadas o aquella foto escolar que siempre quedó en la memoria...
Fueron las situaciones que se repitieron ayer, entre lágrimas de emoción, en una mañana inolvidable para 500 exalumnas de varias promociones de bachilleres de la Unidad Educativa Santa María Mazzarello; especialmente para aquellas que por primera vez se renían para celebrar la fiesta de la Virgen María Auxiliadora, que se recuerda cada 24 de mayo.
Como si se pusiera en marcha una máquina del tiempo, las exalumnas recorrieron cada pasillo, cada aula, el patio cubierto en el que revivieron recreos y actos escolares. Lo hicieron a su manera: unas en silencio, contemplando con la mirada algún rincón; otras contando y recordando a compañeras, a maestras o anécdotas.
María de Lourdes Caballero pertenece a la primera promoción de bachilleres (1972) y es la primera vez que asiste a esta reunión, ya que desde que se graduó se fue a vivir al extranjero. Ella recordó las travesuras
que hacía en el aula y las veces que tuvo que poner la oreja en el piso para escuchar las pisadas de los maestros, para correr a sentarse en su banca como si nada hubiera pasado.
“Reconozco que era terrible. Una vez mandaron a ver a mi representante porque amarré una regla y un borrador en los dos moñitos que se había hecho una compañera y esta se golpeó con los elementos al voltear la mirada cuando la llamé a propósito”, cuenta entre risas la ahora economista, quien resalta la enseñanza recibida en el plantel que le sirvió para seguir una carrera universitaria sin problemas.
A los recuerdos se une Miriam Morales, graduada en 1979. “Nuestro profesor de Contabilidad se llamaba José Fuentes y le puse el apodo de Pepe Pileta. Como era gordito, le abríamos todas las bancas para que tuviera espacio para caminar. Él no aguantó las bromas y renunció. Antes de que se vaya le pedí disculpa y nos dimos la mano”, relata la abogada que trabaja en un Juzgado de la Niñez.
Luego de una ceremonia religiosa, donde se evocó a varias promociones de graduadas, se desarrolló un bingo solidario. Lo recaudado servirá para ayudar a las alumnas de escasos recursos que están becadas en el colegio, apoyar al Centro Juvenil María Auxiliadora del Guasmo y al refugio Sor Dominga Bocca, que alberga a niñas y jóvenes sin hogar.
Michelle Franco, presidenta de la Unión de Exalumnas del Colegio Santa María Mazarello, que agrupa a 42 promociones, dijo estar complacida con la convocatoria, ya que cada año se unen más excolegialas que llegan no solo a divertirse, sino también a colaborar con el trabajo benéfico del grupo.
En la reunión no faltó el agradecimiento a directivos y maestros, formadores de niñas y jóvenes, hoy profesionales en diferentes campos.
VOCES Nunca olvidaré a mi colegio donde hice buenas amigas y me enseñaron esos valores que actualmente se están perdiendo. Mi gratitud y amor a mis maestros y compañeras.