Fieles agradecieron a la Virgen de Schoenstatt
En Quito se dio un encuentro de fe ❚ El grupo religioso nació hace más de 100 años ❚ Está presente en Guayaquil y la capital
Cerca de cinco horas fueron las que caminó Mónica Pullas, fiel seguidora de la Virgen María de Schoenstatt, en honor a esta.
Desde hace 13 años la mujer es parte de las peregrinaciones que se realizan en Quito como agradecimiento a las bendiciones o milagros recibidos. “Yo perdí a mi nene y desde ahí soy misionera”, comentó Pullas a EXPRESO.
Tras la tragedia sufrida en su vida decidió acogerse a la fe.
Como cada año cientos de personas salen en caminata desde Tumbaco, al nororiente de la ciudad, hasta la parroquia de Alangasí, suroriente, donde se encuentra el santuario.
La pequeña capilla de color verde, por las hojas que cubren su fachada, es una réplica de la que existe en Alemania, país donde comenzó la veneración a la divinidad.
EL DETALLE Procesión. En Guayaquil también se realizó una peregrinación que recorrió calles de la urbe, hasta llegar al santuario en la avenida Juan Tanca Marengo. DEVOCIÓN
Pero a diferencia de otros templos religiosos allí no se dio la aparición de la Santa, explicó Beatriz Cordero, representante del Movimiento de Schoenstatt en la capital del Ecuador.
Los fieles hicieron que la Virgen se apodere del lugar. La historia es que el sacerdote José Kenetenich vio un cuadro de la venerable, llamada Madre Tres Veces Admirable, en un templo de Italia, por lo que decide llevarlo hasta Alemania y hacerla la patrona de su movimiento religioso. “Fue en la capilla de San Miguel Arcángel que funcionaba como bodega que hacen que sea el lugar de reunión, deciden dejar el cuadro ahí, aprender a quererle y dejaron que la Virgen sea la que se establezca. Esto quiere decir que ella se haga dueña del lugar”, acotó Cordero.
Kenetenich era un alemán que vivió sirviendo a la religiosidad, su pasión comenzó desde pequeño cuando a los ocho años su madre lo dejó en una casa de los Palotinos, sociedad apostólica católica, en donde había una imagen de María, en donde la señora pidió que lo cuide y bendiga.
Las palabras calaron fuerte en el infante, por lo que toda su vida pensó en servir al mundo a través de la religión.
Schoenstatt es una palabra alemana que traducida al español significa “ciudad sagrada”, por eso fue elegida para nombrar así a sus fieles.
Tras la primera guerra mundial (1914 - 1918), las hermanas Marías llevan la fe de Shoenstatt fuera de Europa, uno de los primeros continentes donde se establecieron fue África, pero después sus fieles se esparcieron hasta llegar a diferentes lugares. En Ecuador aparecieron en 1960.
Fue el papa Pío XII el que dio la aprobación de la Santa Iglesia para que Shoenstatt sea considerado como un movimiento católico apostólico, acotó Cordero.
Según sus creencias, quienes veneran a la Virgen reciben de ella tres gracias: la del cobijamiento, la del envío apostólico y la de la transformación.
Cada una tiene un diferente significado, la primera está relacionada con el cubrimiento que una madre da a sus hijos, la segunda se refiere a que cada persona haga lo mejor humanamente posible para entregarse a Dios, la tercera a la transmutación del alma a través de la conversación con el Todopoderoso.
La caminata en Quito recorrió cerca de 24 kilómetros, lo que es visto como un sacrificio en honor a la Virgen, “la acción de caminar te hace acordar que quieres subir al cielo, pero debes mantener los pies sobre la tierra”.
GUAYAQUIL LOS ACOGIÓ PRIMERO