PRÉSTAMO
El Banco Japonés de Cooperación Internacional (JBIC, por sus siglas en inglés) aprobó el mes pasado un préstamo de más de 1.000 millones de euros para este proyecto.
El combate de Pham Thi Ca es especialmente simbólico, pues obstaculiza uno de los grandes proyectos nacionales, la multiplicación de centrales de carbón para responder al hambre de crecimiento de este Estado de 95 millones de habitantes. En sus tierras se prevé instalar una central de 2.600 millones de dólares.
En Vietnam, un tercio de la producción de electricidad procede ya de las centrales de carbón, una energía fósil señalada directamente como responsable del cambio climático. La proporción aumentará al 50 % para 2030, según las proyecciones del régimen comunista.
Los habitantes de la bahía de Van Phong ya han sufrido las consecuencias de estas ambiciones energéticas.
Alrededor de 300 vecinos de Ca fueron reubicados en la provincia de Khanh Hoa, más al sur, tras haber aceptado las compensaciones financieras del Estado.
Pero a muchos de ellos les cuesta adaptarse a esta región de pescadores y campesinos, donde no alcanzan a comprar terrenos con la indemnización recibida. La mayoría fueron ubicados en apartamentos, sin terrenos.
“Ahí no podemos trabajar, no hay tierras que cultivar”, denuncia Ho Huu Hanh, hijo de Pham Thi Ca, con quien comparte la lucha.
A la familia le proponían 40.000 euros a cambio de la cesión de su terreno de 9.000 m2, por debajo del precio de mercado.
A pesar de su resistencia, el proyecto fue aprobado y Ca y su hijo se vieron obligados a ocupar su propia propiedad.
Su huerto quedó destruido al paso de las apisonadoras y Hanh tuvo que empezar a trabajar de temporero o pescador de gambas, lo que apenas le aporta unos 150 euros mensuales.
La central de carbón aún no fue construida, pero las obras podrían comenzar muy pronto.
El Banco Japonés de Cooperación Internacional (JBIC, por sus siglas en inglés) aprobó el mes pasado un préstamo de más de 1.000 millones de euros para este proyecto.
Más allá de los desplazamientos de población, a los ecologistas les preocupan las especies de peces endémicas de la bahía y los arrecifes de coral.
Países de Asia como Vietnam, Malasia e Indonesia, menos sensibilizados con el impacto medioambiental de las centrales de carbón, son un eldorado para los inversores japoneses,