Un Ecuador inconforme
Hay dos nuevas propuestas para reformar instituciones del país: dos cámaras legislativas y Tribunal de Cuentas como contralor ❚ Los cambios son una constante
Cambios. Una palabra que ha marcado la historia de Ecuador desde su independencia y constitución como República allá por el siglo XIX. El país, casi 200 años después de ambos hechos históricos, vuelve a interrogarse si la estructura de algunas de sus instituciones está bien o mal concebida.
Regresar a un Legislativo bicameral y que la Contraloría se convierta en un Tribunal de Cuentas son algunas de las propuestas que ahora están sobre la mesa, y que dan cuentan que Ecuador es un país cuya conformidad sobre la estructura de sus instituciones dura poco tiempo. La primera propuesta nace del planteamiento de limitar las facultades del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social
sobre la designación de autoridades; mientras que la segunda, de que la labor de la Contraloría repose en un cuerpo colegiado y no sobre una persona (el contralor).
El problema está en el origen, según el analista y consultor político Jorge León. Las constituciones que ha tenido el país, a criterio del también director del Instituto Internacional de Marketing y Comunicación, han sido “trajes a la medida” del mandatario de turno, lo que origina que los cambios no duren mucho tiempo. Pero no solo eso, el experto también apunta a la corresponsabilidad que tiene el ecuatoriano por no involucrarse en este tipo de temas, desde la emisión de su voto (en consultas populares y elección de autoridades), que son trascendentales para el desarrollo del país. “El ciudadano está más preocupado en cómo conseguir trabajo y llevar el pan a tu casa, y no en esa corresponsabilidad para generar un mecanismo de presión social. El ciudadano es voluble porque peca de ignorante o no tiene la información o la capacidad de discernir en esos aspectos”.
Una forma de medir los cambios que ha experimentado el país está en el número de sus constituciones. En los últimos 41 años, por ejemplo, la Función Legislativa ha pasado de llamarse Cámara de Representantes, a Congreso Nacional y ahora Asamblea Nacional. Todas unicamerales, a excepción de la Constitución de 1967, que reconocía dos cámaras: la de Representantes y el Senado. En la actual Carta Magna se reconocieron, por primer vez en la historia, cinco poderes del Estado en lugar de los clásicos tres.
El expresidente del Congreso Nacional, Juan José Pons, considera que los cambios son parte de la política, siempre que no sean “noveleros” y que busquen la estabilidad, aprovechando las experiencias pasadas y proyectando a las necesidades futuras. “Hay que volver a las bases de la estructura política de un Estado democrático que son la separación de funciones y fortalecimiento institucional”.
Un intento más de encontrar el camino está en manos de la Corte Constitucional, cuyo pleno estudia varios pedidos de reformas a la Constitución... una vez más.
LA FRASE PARA SABER