Zaruma: ciudad maravillosa que atrae con la amabilidad de su gente
En el feriado pasado visitamos Zaruma, en la parte alta de El Oro; fue un viaje poco planeado pero sí que lo disfrutamos. Mis amigas quedaron maravilladas. Zaruma es una ciudad que se quedó en el tiempo, con casas del siglo XIX, muy bien conservadas, de gran madera y diseño. Sus calles estrechas dan paso a caminantes que suben y bajan todo el día; los conductores se detienen y dan el paso a los peatones. Las personas son tan amables que saludan incluso a quienes no conocen. ¡Buenos días! ¡Buenas tardes! Pasan caminando y saludan, sonríen, saben que somos foráneos y nos tratan con una amabilidad nunca vista en la gran ciudad. La comida es otro de sus múltiples valores, deliciosa. No puede irse de
Zaruma sin tomar un buen café de altura, grano arábigo, con cuerpo y gran aroma, el cual envuelve la ciudad a las 4 de la tarde, y por supuesto lo acompaña de un exquisito tigrillo, el original zarumeño, que lleva el toque secreto. Y no se olvide de la cecina, rica carne de chancho, oreada en el sol y luego a la plancha o asada. La iglesia matriz está en remodelación, el parque central, las escalinatas, sus calles, sus casas, el museo municipal, la religiosidad de la gente, todo esto es parte del mágico mundo de Zaruma. Pero lo mejor de esta hermosa ciudad es su gente: cálida, amable, diligente, con una amplia sonrisa. Zaruma, todos quienes te visitan seguro regresan. Elsy Espinoza de Vera