LOS INICIOS
En 1945 se fundó en Guayaquil, la Casa de la Cultura núcleo del Guayas, para cubrir la necesidad de contar con un espacio para impulsar las expresiones del arte de la ciudad.
Era una jornada diferente, en la que la institución abrió sus puertas para mostrar, en sus seis pisos, a la cultura desde todos sus ámbitos.
Ayer no era uno de esos días comunes de silencio en el edificio. Había fiesta adelantada por el Día Nacional de la Cultura, que se conmemora hoy. En el sexto piso se oía más ruido del habitual. En el Museo de Arte Precolombino Carlos Zevallos Menéndez, de pronto se escuchó un grito desgarrador que asustó a los estudiantes y que luego los hizo soltar carcajadas, al notar que era una de las actrices del proyecto ‘Museo vivo’, quien ambientalizaba el momento.
Habían entrado a la caverna mortuoria. Sonaba ‘Vasija de barro’, considerada como un monumento musical a las tradiciones ancestrales. Y allí, los actores colocaban en una enorme vasija de barro a un hombre que yacía muerto en el piso, vendado hasta los pies.
A cada paso, los estudiantes tomaban fotografías. Les emocionaba conocer sobre el arte de modelado en barro y en arcilla, donde resaltaba la Venus de Valdivia, considerada como una de las primera esculturas del país y de América.
Los niños y jóvenes conocieron en el recorrido sobre la herencia del pasado: la agricultura, el comercio y la navegación, además de la arquitectura, la música, la medicina y las técnicas, materiales e instrumentos para la elaboración de objetos en piedra.
En el tercer piso, sonaba la música folclórica, mientras en el segundo había iniciado un combate literario. Estudiantes del colegio réplica Vicente Rocafuerte leyeron cuentos de Joaquín Gallegos Lara y de Demetrio Aguilera Malta y luego