Villanueva, entre el dolor y el éxito
La madre del marchista, ganador del oro en los Panamericanos, cuenta lo vivido por el deportista ante la desaparición de su padre hace 13 años
El marchista cuencano Claudio Villanueva vive momentos felices tras lograr el oro panamericano, algo que no pudo ver su padre, desaparecido hace 13 años en El Cajas.
“Cao viajó a su competencia en Perú, silbando como un pajarito”. Fue un silbido que desde hace 13 años no había escuchado, contó Julia Flores, madre de Cao; como lo llaman en la familia al Campeón Panamericano de los 50 kilómetros marcha; Claudio Villanueva.
En una sala pequeña, donde colgaban unos 40 cuadros; entre pergaminos, certificados y diplomas de los triunfos del marchista, y tres o cuatro fotografías, Julia repasó parte de la historia familiar. La mujer estaba acompañada de su nuera y esposa del deportista, Grace Pintado, y sus nietos Santy de 4 años y Joaquín de 2 años. Entre los cuadros y en el centro de la pared estaba una fotografía de un hombre de origen español; rubio, con lentes y ojos claros, sentado sobre una piedra. “Es Paulino, el padre de Claudio. Tenían una hermosa relación”, exclamó Julia al
recordar que él (Paulino), y su único hijo, entre juegos y conversaciones, aprendió a silbar. Paulino hace 13 años desapareció en el paraje de El Cajas, nadie sabe sobre su paradero. Desde ahí Cao dejó de silbar, hasta antes de su viaje a Perú, donde fue emocionante volver a escucharlo silbando, adujo Julia, al señalar que el silbido había sido el preludio a su logro en la competencia, triunfo que Claudio lo dedicó a su padre con la frase “Papá, si estás vivo, para ti va esta medalla”.
La memoria de su padre Paulino; y, sus dos hijos Santy y Joaquín, son la inspiración de Cao, que junto al amor y comprensión de su esposa Grace y su madre Julia se fortalecen en el atajo hacia la gloria.
Era a pocas horas; pocos minutos para que Claudio retorne a casa con el oro panamericano; y de pronto, que llegó comunicación en video a través de Whatsapp. El marchista afirmaba a su esposa que estaba por abordar la aeronave hacia el país. “Te espero con un beso tierno, pero más largo del que me diste cuando fuiste a la competencia”, sostuvo Grace mientras Santy, hijo menor de la pareja y quien sufre de una discapacidad visual, producto de su condición de parálisis cerebral debido a una enterocolitis necrotizante (enfermedad intestinal grave en los bebés), sonreía al escuchar la voz de su padre. Joaquín, el hijo mayor, se desesperaba por coger el teléfono celular y conversar con Cao.
Fueron momentos felices, quizá con más sentimiento que el propio triunfo. La familia unida; madre, esposa e hijos, juntos para encarar las alegrías, las penas, entre la humildad y la felicidad. La familia es muy unida, Julia, Grace y Claudio, desde hace un año y medio, mantienen un emprendimiento de elaboración y venta de tallarines artesanales. Lo elaboran en casa. “De eso vivimos. Ayudó también para que Cao pueda viajar a Perú”, concluyó indicando Grace Pintado.