El VAR, sin crédito en SUDAMÉRICA
El sistema de videoarbitraje tiene gran aceptación en las ligas europeas, sin embargo, su aplicación en torneos Conmebol ha dejado muchas voces de protesta.
En el papel, el VAR (Video Asistente del Réferi) apunta a dejar una sensación de justicia en el fútbol. Sin embargo, en los torneos de la Conmebol se ha convertido en un punto fuerte para el debate.
¿La razón? No existe equilibrio. Al menos, no se nota.
Y hay varios casos. Antonio Valencia reclamó airadamente una mano dentro del área en el partido de Liga de Quito contra Boca Juniors. Wilmar Roldán lo escuchó, se apoyó en el VAR y determinó que no.
En cambio, a Emelec ante Flamengo, por los octavos de final de la misma Copa Libertadores 2019, le pitaron un penal inexistente. Las repeticiones de la televisión mostraron que en ningún momento Óscar Bagüí tumbó a Rafinha. Néstor Pita
na sentenció el penal y a pesar de que Dixon Arroyo le pidió que revise el VAR, él dijo que no lo necesitaba. Después de todo, por más que exista el sistema, la última palabra siempre será del juez central.
De acuerdo al manual de manejo, desde la sala de operaciones del VAR se debe avisar al juez sobre casos polémicos para evitar este tipo de errores. Pero él determina el siguiente paso. ¿Por qué en un caso sí y en otro no?
Y esa es la pregunta que ha
generado tantos debates en Sudamérica. El mismo Lionel Messi se quejó del VAR en la Copa América, acusando a la Conmebol de tener listo el torneo para Brasil. Lo sancionaron. A escala local, Esteban Paz sentenció que existe un manejo mediocre del organismo rector del fútbol en esta parte del continente.
El presidente del Comité de Arbitraje de la Conmebol, Wilson Luiz Seneme, defendió la aplicación del VAR. Para él, el sistema está bien utilizado y la polémica se genera por las malas interpretaciones de los comentaristas deportivos.
La Copa Libertadores entra en la recta final y otra vez el VAR saltó como protagonista. Todos hablan del sistema, para bien y para mal. Lo único certero, hasta ahora, es que el crédito de este apoyo tecnológico está agotándose con cada debate que genera. La sensación de justicia en el fútbol todavía no aparece y cada vez más los directivos se preguntan si se lo está usando de forma correcta.