LAS GUARDERÍAS EN APUROS; LAS RESIDENCIAS CANINAS EN AUGE
Mientras los madrileños veranean, sus perros pasan las vacaciones en las decenas de residencias caninas, algunas con spa, que han surgido por la ciudad y alrededores. Son negocios que prometen una experiencia paradisíaca para el mejor amigo del hombre. “Si su perro pudiera hablar le diría que le encantaría jugar en nuestras instalaciones e irse de excursión con otros compañeros”, narra un anuncio evocador de una residencia exclusiva a 50 kilómetros de la capital. Otros dueños optan por dejarlos con cuidadores que se anuncian en Internet y hacen un dinero extra con este negocio.
Corren tiempos más difíciles para los dueños de guarderías y otros negocios infantiles, pero la suerte mira de cara a los emprendedores perrunos. Un boyante sector destinado a dueños de perros, y mascotas en general, se expande rápidamente. En Madrid se reúne desde hace tres años la mayor feria del sector en la península Ibérica que es una muestra esa bonanza, Iberzoo Propet. A la edición de 2019 en el recinto de Ifema participaron 497 empresas y asistieron 15.894 visitantes, según los organizadores. Veterinarios, productores de alimentos o estilistas son algunos de los negocios en alza. En el distrito de Salamanca hay peluquerías caninas donde un corte de pelo puede costar de 27 euros en adelante. En otros negocios un masaje perruno sale por 20 euros.
También los negocios no relacionados con los perros están transformándose, tumbando barreras para la entrada de los canes. Es un fenómeno que se entiende dentro de una progresiva “humanización de las mascotas”, un cambio cultural que genera no pocos conflictos. Cada vez más cafeterías, restaurantes, librerías y tiendas de Madrid permiten la entrada de perros, declarándose dog friendly (amigos de los perros). Una de las últimas novedades es el doga. Consiste en practicar yoga con tu perro, una forma más de hacer negocio en este campo que vive momentos felices.