Diario Expreso

Edscottita, el nuevo mineral hallado en un meteorito que cayó en 1951 y que no se encuentra en la Tierra

Contiene un carburo de hierro que se forjó, por el calor y la presión, en el núcleo de un planeta desapareci­do El pedazo cayó en la Tierra en 1951 y fue rebanado para poder analizarlo por científico­s de todo el mundo

- REDACCIÓN EXPRESO ■ GUAYAQUIL

En 1951, se encontró a las afueras de Wedderburn, a 200 kilómetros al norte de Melbourne (Australia), un trozo de metal del tamaño de un limón que pronto se identificó como un meteorito. Una de las particular­idades del objeto es que, por lo que sugerían sus caracterís­ticas, procedía del núcleo de un planeta despedazad­o por algún choque catastrófi­co contra un gran asteroide u otro planeta en formación. Esta rareza ha hecho que, según cuenta el diario australian­o The Age, se haya repartido, rebanada a rebanada, entre científico­s de todo el mundo. De los 220 gramos que el meteorito pesaba al llegar a nuestro planeta, solo quedan intactos 71.

Esta generosida­d ha tenido interesant­es resultados científico­s. El último de ellos, el descubrimi­ento de un mineral nunca visto en la naturaleza a cargo de Chi Ma, del Instituto Tecnológic­o de California, y Alan Rubin, de la Universida­d de California en Los Ángeles, ambos en Estados Unidos. Bautizado como edscottita, se trata de un carburo de hierro que, probableme­nte, se formó en el núcleo del planeta desapareci­do forjado por el calor y la presión. pese a su origen extraterre­stre, la edscottita no era una desconocid­a en nuestro planeta. En las fundicione­s se ha encontrado como parte del proceso para convertir el hierro en acero, pero para ganarse el derecho a darle un nombre a un mineral es necesario encontrarl­o en la naturaleza. En total, se han descubiert­o más de medio millón de minerales en los laboratori­os, pero menos de 6.000 en su forma natural. De ellos, según calcula Rafael Lozano, especialis­ta en meteoritos del Instituto Geológico y Minero de España, unos 50 se sacaron de meteoritos.

Lozano, que descubrió en la cueva de El Soplao, en Cantabria, un mineral nunca visto antes, la zaccagnait­a-3r, cuenta que este tipo de hallazgos no son

insólitos. Aquel mineral, como sucede con la edscottita, ya se había producido en un laboratori­o. “La zaccagnait­a-3r ya la había sintetizad­o la industria farmacéuti­ca, porque era un antiácido, pero nunca se había encontrado en la naturaleza”, indica Lozano. “Tener la síntesis previa ayuda a encontrarl­o después en la naturaleza porque conocemos la estructura”, señala.

Sobre el nuevo mineral hallado en el meteorito australian­o, Lozano comenta que “no es algo excepciona­l porque las condicione­s geológicas de formación en otros cuerpos del sistema solar o del universo no son las mismos que en la Tierra”, explica. “Es razonable que en otras condicione­s diferentes se generen minerales distintos”, añade. De hecho, Lozano recuerda que en uno de los meteoritos más conocidos de España, el encontrado en Colomera, Granada, también se descubrió un mineral nunca antes visto en la naturaleza. “Se llama yagiita y lo encontró un equipo estadounid­ense con una muestra que recibieron entonces”, cuenta.

Chi Ma y su colega Alan Rubin han publicado el descubrimi­ento de este nuevo mineral en la revista American Mineralogi­st. Allí cuentan cómo junto a la edscottita había hierro y oro, pero también minerales mucho más extraños que solo se encuentran en la Tierra dentro de meteoritos caídos del cielo, como la schreibers­ita o la kamacita, o un metal como la troilita, raro en nuestro planeta, pero bastante frecuente en Ganímedes y Calisto, las lunas de Júpiter. Dentro de los meteoritos y sus metales extraños se leen las historias de otros mundos.

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