Los ‘chivitos’ recuerdan con veneración a San Francisco
La chiviada penipeña es una manifestación antigua ❚ Es una procesión donde los habitantes se disfrazan de animales ❚ Hay comida, juegos y mucho más
Visten de rojo y negro. Las caretas de madera rematan en unos pequeños cuernos. En sus manos llevan una rama de ortiga y al son de un gracioso baile emiten un pintoresco aullido. Son los ‘chivitos’, personajes tradicionales únicos del cantón Penipe, en la provincia de Chimborazo, que aparecen durante la fiesta de San Francisco.
Esta manifestación cultural es tan antigua como la fundación castellana de la ciudad, en 1534. La tradición oral dice que los españoles, al llegar hasta este cacicazgo del pueblo de los Pinipis (río de serpientes), confederado al pueblo Puruhá, lo hicieron acompañados por sacerdotes franciscanos que solicitaron bautizar al asentamiento como San Francisco del Monte de Cedral de Penipe.
Los indígenas tenían costumbres y culturas propias; se dedicaban a la agricultura y entre sus principales dioses estaba el volcán Tungurahua (Garganta de fuego), al que hacían rituales. Se cree que fueron de carácter fuerte y que la mayoría prefirió abandonar su tierra, huyendo por el camino del Utuñán, para no ser sometidos.
Por esta razón, los religiosos franciscanos adecuaron varias de sus costumbres para llegar de mejor forma y evangelizarlos. De este sincretismo ha trascendido de generación en generación esta cultura en el pueblo penipeño.
“Según la investigación que realizamos, esta fiesta viene desde la fundación; muchos de los símbolos de los pueblos prehispánicos fueron tomados y transformados para llegar con la religión a los habitantes. De ahí nacen las danzas, la chamiza que evoca el sagrado fuego, tan presente e importante en las ceremonias en estas culturas”, manifiesta el investigador Zandro Haro.
El 3 de octubre, víspera del día de San Francisco, inicia la fiesta al son de la música de la banda de pueblo; la imagen del santo es adornada en una camioneta, seguida por un sinnúmero de arreglos de flores ofrecidos por los devotos.
Cerca del mediodía arranca el multitudinario ingreso de chamizas; llegan desde todas las comunidades en una especie de procesión encabezada por los washayos (priostes menores), seguida por las yuntas (dos reses o mulas unidas por un yugo) que han sido limpiadas con hierbas y sopladas con aguardiente, antes de ser adornadas con globos y colchas.
Ellas arrastran la chamiza (hojas de eucalipto seco), con la que se prenderá una gran fogata durante toda la noche; las carishinas (“tal como varón” en quichua), mujeres que rompen estereotipos, acompañan las danzas. Están los caballitos, cuyo baile es indispensable en la celebración; cargan un traje elaborado en papel, que simula al cuerpo del animal, llevan sombrero y careta de malla.
“Representamos a los dueños de las haciendas que bajan a las fiestas, imponentes y soberbios en sus caballos. Nosotros los representamos, bailamos, y nos mofamos”, asevera Emma Cifuentes, quien se viste de caballito para la ocasión, hace más de treinta años.
Luego los ‘chivitos’ que bailan. Mientras emiten sonidos especiales se acercan al público y en lugar de saludar con la mano lo hacen con la ortiga, causando risas entre los espectadores. “Es la devoción, los agricultores se disfrazan de ‘chivitos’ para danzar y agradecer por sus siembras y animales”, indica Evelyn Morales, quien proviene de una familia de ‘chivitos’.
“Se dice: hago mis chiverías para San Francisco”, recuerda.
Morales añade que los colores rojo y negro son símbolos del amor y la esperanza.
La participación de figuras de animales se atribuye a la predilección del santo por “sus hermanos menores”, como los denominaba.
“Se pedía a los fieles, en el día del santo, que trajeran a los animales para bendecirlos; se cree que la gente se disfrazaba como animalitos, de ahí los curiquingues. Y a lo mejor para abrigar quemaban las ramas, desde entonces se hace siempre la chamiza”, explica Haro.
EL DETALLE
Cantón. Penipe se sitúa entre los 2.500 y los 5.424 msnm, en el nevado El Altar. Está a 22 km de distancia de Riobamba.