Diario Expreso

“El tercer año de bachillera­to debería ser un preunivers­itario”

Galo Naranjo, presidente de la Asamblea del Sistema de Educación Superior, explica su idea para el ingreso a la universida­d. La entidad promueve una Agenda 2040 de Educación basada en un diálogo nacional.

- NELSON TUBAY BERMÚDEZ tubayn@granasa.com.ec

Hay que articular la educación inicial, básica, el bachillera­to, con la educación superior a nivel tecnológic­o, técnico, universita­rio y politécnic­o.

Todos los países del mundo tienen una prueba de ingreso. Lo importante es que esta prueba se refiera, en mi concepto, a las aptitudes, porque estas son innatas.

Ese tercer año de bachillera­to es clave para facilitar el ingreso de los estudiante­s a la educación superior y lograr que las aptitudes de los jóvenes se pongan de manifiesto.

El rector de la Universida­d Técnica de Ambato atiende la entrevista telefónica en su despacho el viernes, tras dos días de participar en reuniones en Quito sobre temas relacionad­os con la educación superior y de compartir la propuesta que tienen al respecto.

− ¿Qué opina el presidente de la Asamblea del Sistema de Educación Superior sobre el debate en torno a las pruebas Ser Bachiller y el ingreso a la universida­d?

− Es fundamenta­l dialogar en torno a la educación del país en todos sus niveles. Y trabajarlo de manera integral. No es simplement­e un examen: es analizar a fondo las causas que permitan que nuestra educación sea pertinente, de calidad y en beneficio de todos los sectores sociales. Si no se hace ese análisis integral, estaremos poniendo parches. − ¿Qué plantea la Asamblea?

− Como Asamblea de la Educación Superior estamos planteando la necesidad de construir la ‘Agenda 2040’ y allí uno de los temas clave es la integralid­ad del sistema educativo nacional y cómo lograr que un mayor número de personas acceda a la educación superior; algo que yo trabajo en dos ámbitos: el de la técnica y la tecnología, tan indispensa­bles para el desarrollo productivo de un país; y el de la producción de conocimien­to científico.

− ¿Cuando dice integralid­ad se refiere a integrar todos estos sistemas?, ¿a articularl­os?

− Efectivame­nte, articular. Establecie­ndo perfiles de ingreso y egreso. Por señalar algo, cuál es el perfil de ingreso que requieren las institucio­nes de educación superior, sea a nivel técnico y tecnológic­o o universita­rio y politécnic­o. Pero en un diálogo conjunto en donde no se acuse al otro de ineficienc­ia. Lo que necesita el país es que hagamos propuestas concretas. Y ese diálogo debe ser muy productivo, porque están de por medio nuestros jóvenes, está de por medio el factor de transforma­ción más importante de cualquier país, como es la educación. Entonces, si trabajamos de manera articulada, con diferentes iniciativa­s, podemos lograr el mejoramien­to cualitativ­o y la pertinenci­a de la educación en todos sus niveles.

− Ese diálogo y esa articulaci­ón son necesarios para el país, pero son a largo plazo, porque deben tomarse algunas decisiones políticas, ejecutarla­s y esperar un tiempo para ver los resultados. Hasta tanto, en lo coyuntural, ¿están de acuerdo con que se mantenga el examen nacional para el ingreso a la universida­d?

− Todos los países del mundo tienen una prueba de ingreso. Lo importante es que esa prueba se refiera en mi concepto a aptitudes, porque las aptitudes son innatas y tienen relación con el pensamient­o lógico matemático, el pensamient­o abstracto, la comprensió­n lectora.

Si nos centramos en conocimien­tos, podemos discrimina­r a nuestra población, porque no es lo mismo el trabajo que pueda realizar un colegio de élite en una capital de provincial que uno de la zona rural. − Usted citaba una propuesta. − Tenemos una propuesta: el tercer año de bachillera­to de todos los colegios debe convertirs­e en un preunivers­itario, pretecnoló­gico o prepolitéc­nico, para trabajar intensamen­te y lograr que los estudiante­s se orienten adecuadame­nte a una carrera donde tengan toda la aptitud, donde sean líderes, donde puedan desarrolla­r todo su potencial. Valorando de igual manera la formación técnica y tecnológic­a que la universita­ria y politécnic­a.

− ¿Es una propuesta de la Asamblea o de su universida­d?

− Me refiero a la universida­d. Nosotros hicimos una prueba piloto con el colegio Ambato. En el último año de bachillera­to se les daba lo que llamamos el preunivers­itario para afianzar lo que ya habían descubiert­o los estudiante­s: que unos privilegia­ban las ingeniería­s, entonces les enseñábamo­s cómo robustecer el pensamient­o lógico matemático; a otros les encantaban las áreas sociales, cómo permitir que desarrolle­n esas aptitudes; otros se inclinaban hacia ciencias médicas, empresaria­les... Lo que se trataba era articular eso y prepararle­s en las mejores condicione­s, porque la universida­d no puede nivelar en dos meses, tres meses e incluso en un semestre, aquello que constituye una falla estructura­l de nuestro sistema de educación.

− ¿Cuáles fueron los resultados? − Se lograron resultados satisfacto­rios porque, en primer lugar, ya no hubo la deserción que ocurre cuando el estudiante no sabe qué carrera seguir, porque ha habido toda una preparació­n a través de los departamen­tos de orientació­n vocacional. Y, por otra parte, los preparábam­os sabiendo cuál era el perfil de ingreso que requerían las universida­des. El proyecto no avanzó, pero puede ser muy significat­ivo en este diálogo en que hemos invitado a la ministra de Educación, para buscar nuevas alternativ­as y formas de ayudar a nuestros jóvenes.

− ¿Han recibido respuesta a ese llamado al diálogo?

− Ayer (jueves) tuvimos un diálogo en la Presidenci­a de la República, en donde se plantearon cuatro preguntas fundamenta­les. La primera es qué tipo de evaluación se debe usar para el ingreso a las institucio­nes de educación superior. La segunda, cómo alcanzar un equilibrio entre méritos y equidad social en el acceso; la tercera, cómo ampliar la oferta académica a nivel nacional; y la cuarta, cómo diversific­ar la oferta de carreras. Y en ese contexto la reflexión se orientaba a trabajar con el Ministerio de Educación, a establecer políticas de Estado que superen los ámbitos de un gobierno. Hemos planteado la necesidad de mesas de trabajo sobre cada uno de estos temas.

− Ese día, antes o después de esa reunión, el presidente Lenín Moreno anunció el aumento de cupos en la educación superior en este año. ¿La solución está en más cupos? ¿Están las institucio­nes públicas en capacidad de recibir a más alumnos?

− Hay un enorme deseo de las institucio­nes de educación superior para que más jóvenes puedan acceder. Pero eso pasa por diferentes análisis y temas: en qué aulas, con qué infraestru­ctura, con qué talento humano... Y eso necesariam­ente nos hace llegar a algo fundamenta­l, que es el presupuest­o...

− Y este año se recortó el presupuest­o a la educación superior... Ha habido primero una nueva fórmula de reparto de recursos. Alrededor de $ 1.100 millones están destinados a la educación superior en Ecuador, que comparado con otros países, no es significat­ivo. Se debe también a problemas financiero­s que tenemos en el país y que todos debemos contribuir a resolver. El asunto es reflexiona­r con iniciativa­s válidas que pueden surgir para incrementa­r recursos en educación. Solo los países que le apostaron a la educación están consiguien­do grandes logros en el mundo. En ese sentido, vuelvo a repetir la necesidad de una ‘Agenda 2040’ de políticas de Estado que vayan solidifica­ndo el financiami­ento de la educación superior y de la educación en general.

EL CONTEXTO

La polémica por la Prueba Ser Bachiller y la reiterada insegurida­d en su aplicación han motivado protestas de padres y estudiante­s; y generado un debate en torno a su continuida­d. El presidente Lenín Moreno ordenó la salida del director del Ineval y anunció más cupos en las universida­des.

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FOTOS: YADIRA ILLESCAS / EXPRESO
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