Un ambicioso estudio sobre el cáncer revela valiosos datos que ayudarán a mejorar su tratamiento a corto plazo
Un gran análisis de 2.600 pacientes que sufrían 38 tipos de tumores diferentes desvela oportuna información Las primeras mutaciones causales aparecen años o décadas antes de que se diagnostique la enfermedad
El cáncer es el precio que pagamos por estar vivos. Una de cada tres personas que lean estas líneas lo sufrirá a lo largo de su vida. Esta enfermedad sigue las leyes de la evolución darwiniana y es consecuencia de ella. El mismo proceso ciego e irracional que rige la división de nuestras células y que ha permitido que la Tierra sea un planeta rebosante de vida, contiene vulnerabilidades y errores de programación que a veces la aniquilan. Eso es el cáncer.
El 5 de febrero (un día después del Día Mundial contra el Cáncer) se publicaron los resultados del proyecto Pan-cáncer, que ha analizado el genoma completo de más de 2.600 personas que sufrían 38 diversos tipos de tumores. Es el retrato más detallado que se ha obtenido nunca de cómo y por qué surge cada tumor a nivel molecular. Muestra el camino hacia nuevos tratamientos y métodos de diagnóstico prematuro.
Las dimensiones y la complejidad del proyecto son difíciles de imaginar. Una persona es un conjunto de 30 billones de células. Cada vez que una de ellas se divide para generar una hija, debe copiarse el genoma completo, compuesto por 3.000 millones de letras perfectamente ordenadas y emparejadas, la A con la T y la C con la G, y que es su libro de instrucciones para la vida. En ese proceso se cometen errores de copia totalmente casuales (mutaciones).
Un humano puede acumular millones de estas erratas, la inmensa mayoría de ellas inofensivas; pero una fracción ínfima de ellas puede desencadenar el cáncer. Identificar unas y otras es fundamental para entender mejor la enfermedad y diseñar nuevos tratamientos contra ella.
El estudio ha puesto frente a frente el genoma completo del paciente, el de su cáncer y el genoma humano de referencia, y los ha leído 30 veces letra a letra para conocer todas las mutaciones que diferencian la célula cancerígena de la sana. En total se han leído más de un billón de letras de ADN, un número superior al de galaxias visibles en el universo y al de estrellas que hay en toda la Vía Láctea. Obtener y entender esta inmensidad ha necesitado el esfuerzo de 1.300 científicos de 37 países y el uso de 13 superordenadores y centros de análisis durante cerca de 10 millones de horas. Más de 1.100 años de computación.
La principal conclusión del trabajo es que el genoma del cáncer es finito y se puede conocer. Por primera vez en la historia ha sido posible identificar todos los cambios genéticos que producen un tumor concreto e incluso ordenarlos cronológicamente para conocer su biografía. Este tipo de análisis ha permitido analizar decenas de miles de mutaciones acumuladas en las células tumorales y ha identificado entre todas ellas las que causan el tumor.
La acumulación de mutaciones permite al cáncer crecer y evolucionar más rápido que las células sanas y es un proceso que puede tardar casi toda una vida. Aunque depende del tipo de tumor, el estudio muestra que algunas aparecen años o décadas antes de que se diagnostique la dolencia. Hay casos en los que la primera sucede durante la niñez.
Los resultados del trabajo no van a mejorar el tratamiento del cáncer a corto plazo, pero el conocimiento aportado es fundamental para la medicina de precisión, en la que los enfermos de cáncer pueden recibir uno u otro tratamiento en función de su perfil genético, argumentan los responsables del proyecto.
EL DATO
El estudio ha leído más de un billón de letras de ADN, un número superior al de galaxias en el universo visible. Para lograrlo, han participado
1.300 científicos.