RUBINHO, EL ETERNO ESCUDERO
El brasileño habló de varios temas, incluso de su relación con Michael Schumacher. “Pudimos convivir a pesar de las diferencias”
Mantenerse 19 temporadas sin interrupciones en la Fórmula 1 demuestra una perseverancia y profesionalismo fuera de lo común. El brasileño Rubens Barrichello puede hablar de eso. Pero también en su vida personal dio ejemplos de no rendirse, como el tumor en el cuello que le extirparon en 2018.
A sus 47 años (nació el 23/05/1972) podría quedarse tranquilo corriendo solo en el Stockcar, la categoría más importante de su país y disfrutando más de sus hijos, Eduardo (18 años) y Fernando (14), quienes también son pilotos y corren en los Estados Unidos. Sin embargo, renovó sus desafíos y confirmó que también competirá en Argentina, en el Súper TC 2000, una de las divisionales nacionales más relevantes.
En sus inicios algunos medios brasileños le adjudicaron el exagerado mote de “sucesor de Ayrton Senna”. Es cierto que el oriundo de San Pablo mostró su talento en las categorías promocionales, donde fue campeón en la Fórmula Lotus Opel (1990) y en
la Fórmula 3 Británica (1991).
Durante seis temporadas Barrichello compartió equipo con Schumacher en Ferrari. Fue un claro piloto número dos detrás del Kaiser, quien arrasó con cinco campeonatos consecutivos. Pero hubo algunos abusos de la Scuderia como en el GP de Austria de 2002, cuando a esa altura ya se sabía que el germano iba a ser otra vez campeón y le ordenaron al brasileño, quien iba ganando, cederle su lugar.
Muchos años más tarde reconoció que el ambiente en Maranello no era el mejor. En noviembre de 2019, al ser consultado sobre su relación con Schumi dijo que “él nunca fue solidario. Hay compañeros de equipo a los que puedes ir y preguntarle, pero podías ver que Michael era diferente. Muchas veces terminábamos una reunión donde estábamos los dos y a continuación comenzaban otra solo con él, sentía que el equipo era suyo”.