Soluciones urgentes a la crisis sanitaria
La crisis sanitaria por el COVID-19 requiere de una solución tangible para brindar las medidas de bioseguridad para todos los profesionales de la salud. Una de las responsabilidades del Estado es el “acceso y disponibilidad de insumos y medicamentos necesarios” para afrontar una emergencia sanitaria conforme el literal d), del artículo 9, de la Ley Orgánica de Salud.
De acuerdo a los requerimientos para uso de equipos de protección personal (EPP) para el nuevo coronavirus (2019ncov) en establecimientos de salud, publicado por la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, organismos internacionales que citan el estudio publicado en el Journal of Hospital Infection, se recomienda por cada paciente: veinticinco unidades de batas, veinticinco unidades de mascarillas médicas, una unidad de equipo de protección respiratoria (N95, FFP2 o equivalente), cincuenta unidades de guantes, no estériles y una unidad de gafas o protector facial.
Los hospitales públicos que tratan a los pacientes confirmados requieren de manera obligatoria contar con todas las medidas de bioseguridad para los profesionales de la salud, quienes son la primera línea de defensa contra esta enfermedad y, debido a su vocación, están dispuestos a enfrentar esta contienda en beneficio de toda la sociedad. Ellos merecen más que el reconocimiento público, necesitan todos los equipos de protección personal y nuestra concienciación como sociedad al permanecer en casa.
En definitiva, la vocación de los profesionales de la salud está salvaguardada por su ayuda humanitaria para mitigar los contagios, pero se ven afectados por falta de recursos, por escasez de medidas de bioseguridad y por la irrisoria colaboración de la sociedad que se niega a comprender las dimensiones de esta enfermedad. En este sentido, se requiere de manera obligatoria precautelar el derecho a la integridad personal de los profesionales de la salud. Entonces no es el momento de generar discusiones ambiguas, sino aunar fuerzas, colaborar y exigir el abastecimiento de todos los equipos de protección personal que necesitan los profesionales de la salud. Ab. Katerine Carmen Cujilema