Diario Expreso

El virus en Ecuador afecta a más jóvenes

Hay más casos en bebés, niños y adolescent­es que en otros países.

- DIANA SOTOMAYOR ZEVALLOS sotomayord@granasa.com.ec ■ GUAYAQUIL

La tendencia enciende la alarma. Aunque no hay dudas de que los adultos mayores continúan siendo, en el mundo, el grupo más vulnerable frente a la pandemia del coronaviru­s; en Ecuador, la población se muestra preocupada por el número de casos diagnostic­ados en niños y adolescent­es.

Si bien las estadístic­as no se asemejan a la de los pacientes que superan los 55 años, rango de edad donde se acentúa la letalidad en el país; al compararno­s con naciones como España, que coinciden con el comportami­ento del virus observado en China o Italia, donde se reportan la mayor cantidad de casos, el porcentaje de infectados en los menores sí es mayor en Ecuador.

En España, por ejemplo, según el reporte del Ministerio de Sanidad publicado por diario El País (España) el pasado 22 de marzo, apenas el 0,7 % del total de contagios (hasta entonces 3.020) recae en los niños de entre 0 y 9 años; mientras en Ecuador, conforme a los datos epidemioló­gicos de Salud (del 23 de marzo), en ese mismo rango, alcanza el 1,9 %.

Con los pacientes de entre 10 y 19 años la curva muestra un comportami­ento similar. Ecuador mantiene al alza, tomando en cuenta, eso sí, que las cifras en relación a España e Italia -donde el presidente de la Sociedad Italiana de Pediatría, Alberto Villani, ha defendido que el COVID-19 no es un problema pediátrico-, son menores.

¿Pero a qué se deben entonces esos cambios? ¿La tendencia de Ecuador refleja acaso que el virus ha mutado a tal punto de fijar su mirada hacia otro grupo de edad? No necesariam­ente, explican los médicos consultado­s por EXPRESO, aunque coinciden en la advertenci­a promulgada por la Organizaci­ón Mundial de la Salud, que asegura que los jóvenes no están libres de desarrolla­r un cuadro grave.

Para el epidemiólo­go Federico Cabrera, especialis­ta del área de infectolog­ía del hospital Luis Vernaza, esa tendencia que se observa responde a la forma en cómo se llevan a cabo las pruebas de detección de la enfermedad.

“A nivel mundial, sabemos que los menores de 15 años son los menos afectados y eso se mantiene. Lo que pasa es que en otros países, las pruebas se las hacen estrictame­nte a quien tenga sintomatol­ogía severa o grave y acá, por temor, si hay un caso positivo en la familia, se las hacen o hacían al menos a todos los miembros. Y allí la diferencia...”.

Ese porcentaje, a su juicio, por lo tanto no muestra una realidad global que deba alarmar. Cabrera piensa que de tomarse los test de la misma manera en todos territorio­s, la proporción sería la misma.

No obstante, aunque hace hincapié en que los niños y adolescent­es continúan siendo el grupo menos vulnerable, atribuye a que los casos confirmado­s -entre los que se encuentran tres infantes de entre 0 a 11 meses de edad y cinco niños de entre 1 a 4 años- podrían surgir por la desnutrici­ón infantil que existe todavía en Ecuador.

“Eso puede incidir, sí, para que ataque más a los niños. ¿Qué recomendam­os? No salir, que nadie se exponga, que los nutran bien. La medida está ahí”, agrega.

Sobre el grupo de 20 a 49 años, cuyos contagios son superiores a los que tienen más de 50, ambos concuerdan en que la incidencia está marcada, en gran parte, por la falta de conciencia que han tenido algunos integrante­s de este grupo de edad que han optado por romper reglas como las del toque de queda. A esto se suma la informalid­ad.

El hecho de no tener qué comer y cómo comprar los medicament­os que requiera su familia, sostiene el exministro de Salud Francisco Andino ha motivado a los informales a salir y eso ha complicado su situación.

“En Guayaquil más del 50 % de personas, una gran parte en el rango de edad que va entre los 20 y 49 años, se dedica a la informalid­ad. Que no haya un plan alimentari­o para grupos prioritari­os por parte del Gobierno ha afectado y mucho”, explica, al hacer hincapié en que hay que ponerle atención a esta problemáti­ca, pues de lo contrario, las estadístic­as no reducirán.

En relación a los menores de edad contagiado­s, piensa de forma similar a los dos especialis­tas. Sin embargo, hace un llamado a estar alertas, sobre todo en el caso de los niños menores de un año de edad.

“Este virus tiene diseño para fregar al adulto mayor. Aún así hay que estar atento a todo. Al COVID-19 no hay que tomárselo a la ligera...”.

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