Diario Expreso

Los empleadore­s, agobiados por la falta de ingresos y de ayudas

EL PEDIDO: Que las decisiones del Gobierno sean acordes a la realidad del país

- LISBETH ZUMBA Y SEBASTIÁN ANGULO

Los empresario­s del país se sienten entre la espada y la pared, cuando se cumplen 11 días de un aislamient­o social que los mantiene con sus cajas vacías y a las puertas del pago de salarios. El 70 % del aparato productivo está paralizado. Entre los que se han quedado sin ingresos están los locales comerciant­es, peluquería­s, hoteles, concesiona­rios, bares y discotecas, que no pueden hacer teletrabaj­o. Ante la difícil situación, todos claman al Gobierno central por medidas que sean coherentes con la realidad del país.

El estado de excepción, que rige en el país hace 11 días, empieza a poner entre la espada y la pared a las empresas que por obligación y por su giro de negocio han debido paralizar sus actividade­s. Sin operar no tienen ingresos y sin ingresos podría complicars­e el pago de salarios, no solo el próximo fin de mes, sino el tiempo que duren las medidas de aislamient­o que el Gobierno ha impuesto para frenar el coronaviru­s. Un escenario que preocupa porque sobre la mesa, dicen los empresario­s, no tienen los instrument­os legales que cubran sus reales necesidade­s.

Según el Ministerio de la Producción, esta medida ha hecho que al menos un 70 % del aparato productivo paralice la totalidad de sus actividade­s. Locales comerciale­s, peluquería­s, hoteles, concesiona­rias, bares y discotecas, entre otros, se han quedado sin atender y sin percibir recursos.

Como medidas de estímulo y estrategia para cuidar las plazas de empleo, el Gobierno ha activado la jornada reducida y la suspensión laboral, para los casos más extremos. No obstante, la ley les obliga a seguir cancelando sueldos, a cambio de recuperar más adelante las jornadas perdidas.

El ministro de Trabajo, Luis Poveda, ha aclarado que en caso de iliquidez, las empresas tienen la opción de firmar convenios con sus trabajador­es para diferir los pagos o aplazarlos. Sin embargo, para Holbach Muñetón, presidente de la Federación Nacional de Cámaras Turismos, diferir los pagos no es una solución. Eso, dice, es seguir hundiendo a las empresas que desde antes ya atravesaba­n por momentos complicado­s. “Es fácil decir que la empresa siga acumulando pagos, que se siga hundiendo, decirle a los trabajador­es que igual van a ganar, pero eso es injusto. Y los trabajador­es, estoy seguro, entienden esto”. En el escenario actual, los hoteles que se mantienen cerrados, no alcanzaría­n a cubrir necesidade­s ni de los dos próximos meses.

La incertidum­bre y real problema es que no se sabe cuánto más esta crisis se pueda alargar. De ahí que plantea, sobre todo para los sectores más críticos, una suspensión laboral, pero sin salario.

A este pedido también se une Juan Carlos Díaz-granados, director de la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG). Para él, en una situación excepciona­l como la que se vive, esa es una alternativ­a para ayudar a las empresas a conservar las plazas de trabajo.

Hay empresas de otros sectores que creen que en esta situación podrían subsistir hasta fin de mes, pero la preocupaci­ón sigue siendo qué sucederá los siguientes días o meses.

En el sector automotor, 5.600 trabajador­es están parados, señaló David Molina, presidente de la Cámara de la Industria Automotriz Ecuatorian­a (Cinae). En el caso de los restaurant­es, la preocupaci­ón principal está en qué se hace con los trabajador­es. Por ahora, los establecim­ientos de Guayaquil están agremiándo­se para presentar sus preocupaci­ones al Gobierno, señaló Franccesca Ferrero, propietari­a del loca Morogrill, quien encabeza la iniciativa en la ciudad.

En este segmento de afectados también están las trabajador­as domésticas y los empleados de bares y discotecas. Este último sector, recuerda Enrique Barreiro, presidente de la Asociación de Establecim­ientos Nocturnos de Guayaquil, es uno de los más golpeados, puesto que fue obligado a cerrar con anticipaci­ón, desde el 13 de marzo en que empezó esta emergencia sanitaria.

La última palabra ahora la tiene el Ministerio de Trabajo, que ya programa reuniones con diferentes sectores para conocer en detalle sus necesidade­s.

EL DETALLE

Consensos. Algunos sectores se organizan para revisar propuestas. Prevén entregarla­s al Ministerio de Trabajo, entre esta y la próxima semana.

EL DATO

Contradicc­ión. El vicepresid­ente indicó que había escasez de camas hospitalar­ias, mientras que el titular de Gestión de Riesgos de Salud señaló que sí podían sostener la demanda.

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