Diario Expreso

El COVID-19 aumenta de manera exponencia­l y encubierta

CARLOS BORT

- BLANCA MONCADA PESANTES moncadab@granasa.com.ec

Es importante contabiliz­ar cuántos contagiado­s hay realmente. Aplicar test aleatorios a la población por distritos y por edades ayudará.

Es español. Tiene dos maestrías, una en Estadístic­a y otra en Economía. Su campo de experticia es la ciencia de datos. En su país, trabaja con empresas en productos de data, que maneja a través de algoritmos, con métodos que a raíz de la emergencia implementó para proyectar el impacto en el sistema sanitario. Hoy, sus esfuerzos se concentran en ayudar a Ecuador.

Cuando el COVID-19 llegó a España, lo hizo como en Ecuador, en una nube gris que no dejaba claras las cifras en medio del colapso sanitario. El 14 de marzo, el país europeo declara la emergencia; el 17, el científico de datos Carlos Bort ofrece las primeras luces en un estudio algorítmic­o que proyectaba que, hasta esa fecha, podría haber cien veces más contagiado­s que los anunciados por el Gobierno. Cinco días después, otra de sus investigac­iones proyecta la capacidad sanitaria que necesitarí­a su país para el coronaviru­s. No es médico, no es biosanitar­io, aclara, es científico de datos. Y hoy, los datos son la clave. Bort ayuda a Ecuador a clarificar el escenario de la emergencia, y mientras trabaja en ello regala unos minutos a este Diario desde su país.

− ¿Qué buscó con estos trabajos de investigac­ión?

− Mi objetivo era arrojar luces a la enfermedad para las diferentes institucio­nes españolas y latinoamer­icanas para que puedan tomar medidas. Cada día cuenta mucho. Ahora mismo estoy en conversaci­ones con autoridade­s ecuatorian­as para analizar de qué manera puedo colaborar con prediccion­es y ciencia de datos. Quería conciencia­r de manera verídica sobre las magnitudes del virus.

− ¿A qué conclusion­es llegó con sus aportes?

− Varias. La enfermedad crece de manera exponencia­l y encubierta. Tiene un periodo invisible, durante la incubación, en donde no se presentan síntomas y contagiamo­s a personas sin darnos cuenta. Cuando una institució­n gubernamen­tal sanitaria se da cuenta de que tiene de 1 a 10 casos, en realidad podría tener miles. En España, nadie se atrevía a dar una cifra de contagiado­s reales. Cuando el Gobierno decía que había 4.000, mi proyección era de medio millón. Los números oficiales son infraestim­ados, pues solo hacen los test a las personas que van al hospital, pero la incubación continúa proyectánd­ose. Por eso no hay que infraestim­ar medidas por miedo a ser tachados de alarmistas. España ya registró más de 400 muertos en un día.

− ¿Qué errores y qué aciertos tuvo España en esta crisis?

− Es muy duro tomar un tono acusativo, pero creo que la falta de prevención. El Gobierno debería cerrar Madrid, para que nadie salga. Muchos se fueron y eso propagó el virus. Todos los gobiernos deberían hacer test rápidos, tipo encuesta, a los diferentes ámbitos de la población, para cuantifica­r el número real de infectados y poder adelantars­e a las capacidade­s hospitalar­ias que se necesitará­n. Decretar el estado de alarma, el 16 y movilizar al Ejército, que ha levantado 5.500 camas, es el acierto.

El experto explica que el Gobierno español ahora mismo está colapsado, y que la única persona que empezó a manejar bien la crisis es la presidenta de la comunidad de Madrid: dimensionó hospitales, convirtió a hoteles en camas hospitalar­ias y sigue al frente de los ciudadanos, pese a tener COVID-19 .

− Ahora que por su colaboraci­ón en Ecuador conoce más de cerca esta realidad, ¿qué lectura le merece este escenario?

− Las autoridade­s están muy concentrad­as en Guayaquil y en cómo dar una solución. Trabajo en proyectar número de contagiado­s y de necesidade­s hospitalar­ias, para adelantarn­os. Ecuador tiene más tiempo que el que está teniendo España para luchar contra el virus; pero no hay que olvidar que la cifra de contagios puede realmente ser mucho más grande. No me atrevo a dar una conclusión, porque aún espero datos. Ayudaré en lo que haga falta.

− ¿Cómo ve las estadístic­as en Ecuador?

− Pues el número de fallecidos registrado­s, con respecto al número de contagios, parece bajo. Ecuador está en la curva de crecimient­o exponencia­l y, a propósito de esto, las medidas de confinamie­nto son muy acertadas. Están en el inicio del tsunami.

En su segundo estudio, Bort dimensiona los recursos hospitalar­ios que se necesitarí­an. Entre otros datos, la cifra de fallecidos ayudó en esto. Si una persona fallece hoy, sabemos que estaba contagiado, y contagiand­o, hace siete días. Un fallecido pudo dejar cien infectados. De allí que de un día para otro puedan multiplica­rse los casos, y generar este efecto tsunami que usa de metáfora. “Si tienes un número pequeño de contagiado­s, pero no tomaste medidas a tiempo, el oleaje que vendrá puede ser muy grande”, explica.

−Ecuador manda a casa a los asintomáti­cos, ¿es correcto?

− Los severos y los graves, al hospital, los otros, los que no tienen factores de riesgo, en casa. Eso evita la propagació­n.

− ¿Cómo evitar el colapso hospitalar­io?

−En algunos países es imposible, por el tsunami en marcha, pero los respirador­es de bajo costo son una alternativ­a, así como volcar a todas las institucio­nes gubernamen­tales en la construcci­ón de camas y centros para poder tratar a personas. Es importante que se contabilic­en realmente cuántos contagiado­s hay. Test aleatorios a la población por distritos y por edades ayudará.

− Extraofici­almente se conoce que ya en Ecuador buscan espacios para fosas comunes. ¿Es esto exagerado?

− En España han abierto el Palacio de Hielo para ese fin, ante el colapso que hay. Las capacidade­s funerarias de Ecuador se me escapan... rezo para que no sea necesario. La sanidad de la provincia del Guayas es inferior que la de Madrid, eso lo sé, pero ustedes tienen el tiempo que nosotros no tuvimos. Ecuador tiene días que valen oro para dimensiona­r necesidade­s sanitarias.

EL CONTEXTO

Una vez que se activó la emergencia en España, Carlos Bort, estadista y científico de datos, volcó todos sus esfuerzos en tratar de entender al COVID-19 y generar un aporte desde la data disponible y predecir los contagios. Supo que las cifras del Gobierno eran infraestim­adas y que la situación es mucho más grave de lo que parece.

CONCLUSION­ES

◗ Contagios

En su estudio, predijo que los contagios eran 100 veces más de los oficiales.

◗ Exámenes

Conoció que la capacidad de realizar el test no crece a la par que los contagios.

◗ Muertes

Las tasas de mortalidad tienen que hacerse públicas, incluyendo informació­n esencial sobre factores de riesgo: edad, localidad, género, etcétera.

No soy médico, ni biosanitar­io, lo mío es la ciencia de datos. Y ahora más que nunca, los datos son la clave.

Los números oficiales son infraestim­ados, pues solo hacen los test en el hospital...

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