Dos años sin pistas del secuestro de los periodistas
Familiares de Paúl, Javier y Efraín, los recuerdan en medio de la desesperanza ❚ En el Ecuador el caso está en la Comisión de la Verdad de la Fiscalía
Dos años después del secuestro de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, sus familiares siguen esperando claridad y responsabilidades en el hecho ocurrido en la parroquia Mataje, cantón San Lorenzo, Esmeraldas.
El recuerdo del aniversario llegó en medio de la emergencia sanitaria que tiene confinado en sus hogares a cerca de un 85 % de ecuatorianos. El estado de excepción y toque de queda decretado por el Gobierno busca frenar la pandemia del COVID-19 que, hasta ayer temprano, dejó ya 1.382 casos confirmados y 34 personas fallecidas.
Es sorprendente que cuando empieza a llamarse a varias personas se decida cambiar la fiscal.
RICARDO RIVAS
Hermano del fotógrafo Paúl Rivas
El 26 de marzo de 2018, el equipo de El Comercio viajó a Mataje por el atentado del grupo de alias Guacho que dejó al menos cuatro infantes de Marina muertos y otros heridos.
Los responsables del hecho aún no han sido encontrados.
Ricardo Rivas, hermano de Paúl, se pregunta: ¿por qué después de tantos ofrecimientos públicos por encontrar esa verdad, esta no ha llegado?
Cree que puede ser por “el temor a descubrir el nivel de involucramiento que podría existir de autoridades o exautoridades con actividades ilícitas”. En el caso de Colombia se ha diferido dos veces la audiencia de formulación de la acusación de alias Barbas, quien el día de la audiencia decide cambiar de abogado. El 20 de febrero debía formularse cargos a alias Cherry, quien presuntamente recibió a los secuestrados y hacía parte del primer anillo de seguridad que los custodiaba. No se produjo.
En el Ecuador, destaca, el caso está en la Comisión de la Verdad de la Fiscalía.
Para Yadira Aguagallo, pareja
de Paúl Rivas, es complejo hablar del tema porque la desesperanza, la poca confianza, es una cosa sistemática, estructural. “Dos años después del secuestro tenemos todos los elementos para decir que en este país no se quiere hacer justicia por Paúl, por Javier y por Efraín”, expresa.
Galo Ortega, padre de Javier, dice que “estos dos años han sido muy duros, toda una tortura, por la negligencia de este Gobierno y todos los políticos corruptos incompetentes que actuaron en nuestra tragedia”. Añade que todo ha sido negativo, en cuanto a la Fiscalía, “cuando lo llevaba el fiscal Toainga no hubo buenos resultados, la investigación era demasiado lenta”, concluye.