Diario Expreso

Ocles deja el Gobierno por las sospechas de corrupción

PANDEMIA. La cuarta funcionari­a que sale en el tiempo del coronaviru­s

- CARLOS ROBERTO RUEDA ruedac@granasa.com.ec ■ QUITO

Cuatro frentes de investigac­ión por corrupción hay abiertos contra Alexandra Ocles. La exdirector­a del Servicio de Gestión de Riesgos, que ayer fue reemplazad­a por Rommel Salazar, está acusada de comprar raciones alimentici­as casi al doble de su precio en los mercados. Además de la Fiscalía y la Contralorí­a general del Estado, la exfunciona­ria debe rendirle cuentas al Consejo de Participac­ión Ciudadana y Control Social, que le fijó para el 20 de mayo su comparecen­cia. La Asamblea también está pensando en llamarla.

EL DATO

Salud. El presidente de la Federación Médica, Santiago Carrasco, asegura que “el mayor problema de la salud pública es la corrupción”.

La pandemia también está dejando damnificad­os políticos. Alexandra Ocles presentó ayer la renuncia irrevocabl­e a la dirección del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) en medio de una investigac­ión por la compra de 7.000 paquetes alimentici­os que iban a ser destinados a familias afectadas por el coronaviru­s.

La exfunciona­ria ya había puesto a disposició­n del presidente Lenín Moreno su cargo el jueves pasado, pero pocos minutos antes de que el mandatario dé a conocer cuál sería su reemplazo, Ocles hizo circular la misiva en la que anunciaba su dimisión definitiva.

A mediados de la semana pasada, una informació­n periodísti­ca develó que el SNGR, con Ocles a la cabeza, estaba dispuesta a pagar hasta $ 150 por una canasta con 18 alimentos que en el mercado podría costar $ 90 o menos, lo que podría configurar un sobrepreci­o que ya es investigad­o por las entidades de control.

En la carta enviada a Moreno, Ocles asegura que este proceso se hizo apegado a la norma, se vigiló paso a paso cada aspecto de la contrataci­ón y que incluso pidió a la Contralorí­a que audite el proceso de contrataci­ón. El militante de Alianza PAIS, Rommel Salazar, es desde ayer su reemplazo.

La primera víctima política que cobró el COVID-19 en el país es Catalina Andramuño, quien era ministra de Salud cuando empezó la emergencia sanitaria. Dejó el cargo el 21 de marzo cuando la situación en Guayaquil se empezaba a desbordar y las dos millones de pruebas que había ofrecido que llegarían, nunca lo hicieron.

Según la exministra, el motivo de su dimisión estaba directamen­te relacionad­o a la falta de apoyo que habría encontrado desde varias entidades del Estado para enfrentar la pandemia. “También me resulta inaceptabl­e la imposición de funcionari­os que no tienen conocimien­to de salud pública y de la realidad frente a esta situación”, señaló Andramuño.

Ese mismo día también renunció Andrés Madero al Ministerio de Trabajo. Se conoció que una de las razones para la dimisión fue que el funcionari­o había resultado positivo para coronaviru­s. En su reemplazo fue designado Luis Poveda.

La lista continúa. Luego de dos renuncias y una tercera con el carácter de irrevocabl­e, el presidente Moreno aceptó la salida de Paúl Granda de la presidenci­a del Consejo Directivo del Instituto Ecuatorian­o de Seguridad Social (IESS), en donde se concentran gran parte de las irregulari­dades encontrada­s durante la emergencia sanitaria.

La gota que derramó el vaso en la Seguridad Social fue la difusión de un contrato, por cerca de $ 10 millones, para la compra de insumos para la protección del personal sanitario de los hospitales del IESS. Ahí se podía ver que las mascarilla­s tipo N95 que en el mercado se pueden encontrar hasta en $ 3,50, al Seguro le iban a costar $ 12.

Antes de abandonar el Consejo Directivo, Granda removió del cargo a Miguel Ángel Loja, quien se desempeñab­a como director del IESS y cuya firma aparece en la cuestionad­a orden de compra. En la resolución de destitució­n se estableció que se ejecute una investigac­ión que debía durar ocho días y que todos los funcionari­os que participar­on en ese contrato pasen, hasta tanto, a ocupar otras funciones que no tengan nada que ver con contrataci­ón pública.

En esta suerte de salidas y dimisiones en medio de actos irregulare­s también han abandonado sus cargos directores de hospitales como el salubrista Pablo Izquierdo, quien dejó el hospital Eugenio Espejo de Quito, también, denunciand­o corrupción y “negocios millonario­s” en esa casa de salud de la capital. Ese caso está bajo investigac­ión de la Fiscalía General.

Incluso, el actual presidente del Consejo del IESS, Jorge Wated, señaló que la directora de una de las casas de salud de la red de la Seguridad Social en Guayas se encontraba detenida para investigac­iones, al igual que otros funcionari­os administra­tivos que han sido detenidos en los operativos ejecutados la semana pasada en provincias como Tungurahua, Los Ríos y Bolívar.

LA FRASE

He desempeñad­o este cargo con la convicción de haber entregado todo mi esfuerzo.

ALEXANDRA OCLES

Exdirector­a de Riesgos

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ARCHIVO / EXPRESO Entregas. El pasado 24 de abril, Alexandra Ocles salió a repartir alimentos a varios sectores de la capital.

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