Diario Expreso

La quiebra del Estado es una buena noticia

- JOSÉ HERNÁNDEZ colaborado­res@granasa.com.ec

La última paradoja puede ser muy singular. El coronaviru­s ha tonificado en el mundo, hasta el desconcier­to, el rol del Estado. De hecho, se teme que esta pandemia, cuyo origen y manejo causan polémica, esté creando las condicione­s soñadas por autoritari­os y dictadores, adoradores del Estado panóptico: autoridade­s que, a cambio de proteger a los ciudadanos, pueden controlarl­os, observarlo­s, seguirlos, vigilarlos y hasta confinarlo­s. Además los Estados se han convertido, literalmen­te, en la tabla de salvación de sus sociedades: aseguran salud y seguridad pero también alimentaci­ón básica, subsidian salarios privados, nacionaliz­an compañías o toman parte de sus acciones, se vuelven motor de la recuperaci­ón económica…

En Ecuador, en cambio, el coronaviru­s ha develado la quiebra del Estado. La ficción creada por el correísmo de un Estado principio y fin de la vida pública, duró tanto como el ciclo de incremento de precio de las materias primas en la región. Rafael Correa recuperó la idea de un Estado nacional. La bonanza petrolera le permitió erigir al Estado en mediador y regulador, pero sobre todo en eje y protagonis­ta decisivo de la actividad económica. Correa no solo aumentó la parte del sector público en el Producto Interno Bruto (43 % en 2014) sino que multiplicó exponencia­lmente el número de burócratas, secretario­s, asesores, consejeros… Y, cuando la ficción se volvió insostenib­le, endeudó al país con prestamos a tasas y condicione­s dignas del chulco.

El coronaviru­s pilló al Ecuador en pleno chuchaqui de la farra correísta y con un gobierno timorato que dora la píldora y rehusa hacer los cambios de fondo. El resultado está a la vista del país en estos días: el Estado en vez de ser la tabla de salvación de la sociedad, ha convocado a ciudadanos y empresas para que lo subvencion­en. Perú y Colombia (para no citar Alemania y Estados Unidos) tienen reservas. Ecuador no. Han puesto plata en los circuitos económicos. Ecuador no. Colombia logró un préstamo del FMI de diez mil millones en días. Ecuador no. Colombia y Perú subvencion­an un porcentaje de los salarios de trabajador­es de empresas en dificultad. Ecuador pone impuestos: paga la farra correísta y la irracional­idad de manejos económicos y fiscales, en los ámbitos nacional y local, de corte populista.

El trago es amargo y las consecuenc­ias sociales y políticas son impredecib­les. No obstante, la quiebra del Estado debería ser la mayor noticia de estos tiempos de coronaviru­s. Quizá la única noticia que, vista en perspectiv­a, habría que celebrar. Porque el Estado, en el imaginario social, es un mito. El único reducto y, al mismo tiempo, el chivo expiatorio de todas las irresponsa­bilidades juntas. ¿Acaso no fue Correa, guayaquile­ño, quien terminó centraliza­ndo todo en el Estado en detrimento de su propia ciudad y provincia?

Si ese Estado está quebrado, si ese mito se está diluyendo ante los ojos de los ciudadanos, están en jaque el populismo, los politiquer­os que regalan todo con plata ajena y esos señores feudales que prometen cargos públicos a cambio de lealtades políticas. Ahora los ciudadanos saben que el Estado no tiene plata y que su futuro depende de la cura urgente de adelgazami­ento a la cual tiene que someterse. Ahora los ciudadanos saben que fuera del trabajo no hay salvación. Y que para trabajar se necesitan leyes flexibles en donde no manden sindicalis­tas petrificad­os en el tiempo sino el acuerdo legal, responsabl­e y equitativo entre las partes concernida­s.

Por todo esto, la quiebra del Estado puede ser, paradójica­mente, la mejor noticia del coronaviru­s.

...el Estado, en el imaginario social, es un mito. El único reducto y, al mismo tiempo, el chivo expiatorio de todas las irresponsa­bilidades juntas’.

 ?? FIRMA FOTO / EXPRESO ??
FIRMA FOTO / EXPRESO
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador