Café de haba, un aroma natural libre de cafeína
En la parroquia Pasa utilizan la tradicional leguminosa para elaborar bebida ❚ El proceso es artesanal y se muele en piedra para conservar su valor nutricional
En las reuniones familiares de Pasa, en Ambato, era común observar a las abuelas tostando habas que después molían con piedras, para producir café de la leguminosa.
Ese recuerdo llegó a la memoria de Jorge Rodrigo Chagmana, un indígena que aseguró que en la mencionada localidad surgió la idea de darle valor agregado al producto que por generaciones han cultivado en el páramo andino.
Chagmana habita en Pasa, la parroquia más antigua de la capital de Tungurahua. El lugar se remonta a la época prehispánica, donde se desarrolló un cacicazgo indígena. El último cacique fue Carlos Amanta. Pasa cumplió en mayo 183 años de historia, también es conocida como la ‘tierra de las camisas’.
Jorge explicó que ante el bajo precio del haba en el mercado surgió la necesidad de buscar otra alternativa para compensar los gastos de producción.
Ocho meses tardan para sacar el café de haba. El proceso empieza desde la siembra, luego esperan cuatro meses para la cosecha y de ahí la dejan
30 días más para el secado. La molida tarda un mes más; el resto del tiempo es para empaquetar el producto y llevarlo a la venta.
Todo el proceso se realiza de manera artesanal; lo hacen los indígenas kichwas. Chagmana aseguró que el tostado es hecho a mano, de modo que no se pierda el valor nutricional de la leguminosa.
Según el indígena, una vez listo el café, todos lo pueden degustar, en especial los diabéticos porque no tiene cafeína. También es recomendado como medicina ancestral para desinflamar las vías urinarias y otras dolencias. En este emprendimiento laboran diez personas, cuya actividad no ha parado por la pandemia. Las ventas las realizan mediante las redes sociales. Antes de la emergencia sanitaria acudían a las diferentes ferias que se realizaban en la provincia. La última vez que se promocionó el ‘Café de haba de Pasa’ fue la primera semana de marzo en la feria de Ambato. Otro mercado de venta del producto es Pelileo y Latacunga.
Esther Quinotoa, una de las consumidoras del café de haba, señaló que el sabor es agradable al paladar, según ella es muy sabroso.
Miriam Maisanche, otra consumidora, dijo que sustituyó el café con cafeína por el de haba. “Riquísimo, el sabor es exquisito, me gusta mucho”, recalcó.
La nutricionista Ligia López manifestó que el haba contiene fibra e hidratos de carbono, también es buena en proteínas y potasio que dan un gran aporte en las dietas diarias de las personas. Tiene un gran valor nutricional en el café.
Alberto Ainaguano, dirigente indígena de la comunidad de Chibuleo, situada en Ambato, aseguró que la legumbre siempre ha sido uno de los principales alimentos en los hogares de las comunidades indígenas y también de mestizos.
En las fiestas siempre se sirven las habas cocidas acompañadas con papas y queso, considerado un plato especial.