Urbina Jado, el enigmático banquero
La incautación del dólar se decretó para frenar su alza y evitar que aumente el costo de vida que afectaba a las clases pobres
Entre banqueros sobresalientes están: Eduardo Arosemena M. en el siglo XIX, Francisco Urbina J. en el primer cuarto del siglo XX, Víctor Emilio Estrada S. y Carlos Julio Arosemena T. en el segundo cuarto, Marcel Laniado y Nahim Isaías B., en el último cuarto. Los historiadores de las provincias serranas han sido muy críticos de Urbina. Sin haber analizado la época en que vivió, de gran turbulencia política, económica y social, injustamente lo han hecho responsable de la inflación, desempleo, aumento de pobreza y todos los males de Ecuador de 1914 a 1925. Fue un personaje enigmático, hay muy pocas fotos de él, evitaba la prensa y mundo social.
Nació en 1859, hijo del expresidente General José María Urbina V., quiteño, y Teresa Jado, guayaquileña; como hijo de un político del siglo XIX su juventud fue llena de sobresaltos. En 1894 se fundó en Guayaquil el Banco Comercial & Agrícola (BCA); entre los principales accionistas estaban, Darío Morla, Aspiazu Hermanos, Durán Ballén, J. M. Sáenz, Pedro Aspiazu, R. Pólit, J.J. Caamaño y Aurelio Aspiazu. El primer gerente fundador fue Francisco Coronel, también accionista. En esos años, el Primer Gerente y el Segundo ocupaban los cargos más altos. Después de trabajar en el Banco Internacional, Urbina ingresó de cajero en el BCA. En 1902 fue nombrado segundo gerente y en 1911 primer gerente. ¿De qué se ataca a Urbina? Los detractores afirman que sacó y puso presidentes. ¿Cuáles ocuparon el cargo a partir de 1911?: Alfaro (asesinado), Estrada (murió en pocos meses), Plaza (terminó su período), Baquerizo Moreno (terminó su período), Tamayo (terminó su período) y Córdova (derrocado por militares). Lo acusan de haber hecho emisiones sin respaldo metálico. Desde que nació la banca los gobiernos obligaron a las instituciones financieras a prestarles dinero. Así quebraron los únicos dos bancos quiteños fundados en el siglo XIX, no vieron el nuevo siglo. Los bancos de las provincias serranas eran pequeños. Lo acusan de haber especulado con el tipo de cambio de las divisas, lo desmiente Víctor Emilio Estrada cuando escribió que entre 1898 y1914 el valor del dólar y la libra esterlina se mantuvieron estables y las causas del alza del cambio fueron: I Guerra Mundial desde 1914 y epidemias del cacao. Tengo muchas cartas de Urbina y Modesto Sánchez, gerente de la sucursal en Quito entre 1924 y 1925. Son los últimos dos años de vida del BCA. En ellas Urbina aconseja equilibrar el presupuesto del Estado, recomienda al presidente Tamayo no seguir endeudándose con la banca y le sugiere mejorar las recaudaciones. Lo contrario de lo afirmado.
A 1925 la situación económica de Ecuador era insostenible, no había circulante, sobre todo en las provincias serranas que exportaban muy poco. La banca guayaquileña por seguridad no recibía los billetes de los bancos serranos. El presidente Córdova estaba enfermo, en el Poder Legislativo había diputados que respaldaban al empresario Luis Napoleón Dillon, quien por resentimientos y odios sentía animadversión por los bancos guayaquileños, sobre todo hacia BCA. Logró convencer a militares de mandos medios para derrocar a Córdova y el 9 de julio estalló una revolución que terminó con la prisión de Urbina e intervención del BCA. Permaneció detenido varios meses en el barco Cotopaxi que estaba en el río Guayas. Fue deportado a Chile, Urbina se hospedó en un hotel y esperó la llegada de su familia; poco después falleció, enero de 1926. Un mes luego llegó a Guayaquil donde fue sepultado. El Diario La Prensa dedicó 4 páginas para resaltar personalidad y logros del banquero. Comentaré más sobre él.
…si la incautación desaparece el cambio subirá inmediatamente a las nubes…”
FRANCISCO URBINA J. 6-6-1924