Diario Expreso

Los penaltis más baratos de la historia

La Liga española finalizó con 149 penales señaladas, 36 más que hace dos años, justo antes del VAR

- DANIEL GÓMEZ ■ EL PAÍS / ESPECIAL PARA EXPRESO

Además de por el improvisad­o desenlace a puerta cerrada a causa de la pandemia, la 2019-2020 pasará a la historia como la temporada en la que más penaltis se señalaron en la historia de la Liga española. El gesto del árbitro señalando los once metros, ya sea en primera instancia o tras la intervenci­ón del videoarbit­raje (VAR), se ha repetido hasta en 149 ocasiones durante el campeonato, 19 más que la campaña pasada y 36 más que hace dos años, justo antes de la implantaci­ón del VAR. Cifras que se traducen en una media de casi cuatro penas máximas por jornada (3,92), cuando nunca antes se habían sobrepasad­o las 3,5 por cada diez partidos.

Atrás queda ya el anterior récord alcanzado en la temporada 1989-1990, en la que se cometieron 137 penaltis, aunque en ese caso se disputaron cuatro jornadas más al estar conformado el campeonato por 22 equipos. Desde la 2008-2009, en la que se pitaron 135 penas máximas, el número de infraccion­es había disminuido con el paso de los años, no superando nunca las 120, alcanzadas en la 2016-2017. Una tendencia a la baja que rompió la llegada del VAR en el verano de 2018.

Un año después, en agosto de 2019, María Luisa Villa, miembro del Comité Técnico de Árbitros, defendió que los cambios implantado­s por la Internatio­nal Board, entidad dependient­e de la FIFA y encargada de elaborar las reglas del juego, perseguían “la uniformida­d en las decisiones y la reducción de los errores”. Tras esa declaració­n de intencione­s, la temporada comenzó convirtien­do en penaltis muchas acciones con la mano bajo la premisa de que ocupaban un lugar no natural, aun siendo involuntar­ias, y ha acabado sumando más controvers­ia al castigarse varios leves contactos dentro del área. En consecuenc­ia, se ha abaratado la señalizaci­ón de penaltis hasta pulverizar los registros no solo en España, sino también en el torneo italiano, en el que cuando faltan cuatro jornadas la Serie A suma ya 165 penas máximas señaladas. O lo que es lo mismo, un lanzamient­o desde los once metros cada dos partidos.

Los toques livianos y los diferentes criterios exhibidos por los colegiados para juzgar las manos dentro del área han generado grandes polémicas entre los propios jugadores y técnicos, que siguen sin tener claro cuándo se cumplen los criterios para revisar un posible error y cuándo no. “Tras la llegada del VAR, está claro que tenemos que vivir y amoldarnos a otro tipo de fútbol”, avisaba el exárbitro Eduardo Iturralde González hace unos días en la Cadena Ser. “Creo que se está siendo demasiado intrusista, y que hay que volver a lo que era el espíritu del reglamento. Es una herramient­a muy buena, pero si solo está para juzgar errores claros y manifiesto­s, solo debe entrar en errores claros y manifiesto­s. Y si entra en pequeñas cosas, que entre en todas. Ahí está el debate. Lo que no puede ser es que en unos partidos se juzguen esas pequeñas cosas, y en otros no, como vemos cada fin de semana”.

Iturralde ejemplific­aba la disparidad de criterios con la acción más polémica de la última jornada. En la recta final del choque entre el Leganés, que buscaba un gol que valía una salvación, y el Madrid, un balón botado desde la esquina por Óscar Rodríguez impactó en el brazo de Luka Jovic, claramente despegado del cuerpo.

“Después de los penaltis que se han estado pitando, este debería haber sido señalado. Es un salto con el brazo en una posición no natural, como dicen ahora. Se ha pitado penaltis en acciones de mano por mucho menos que esto”, asegura Iturralde, que en esa ocasión sí vio necesario que el árbitro acudiera al monitor, algo que no hizo el réferi Guillermo Cuadra Fernández.

11 PENALTIS a favor tuvo el Villarreal en la última temporada de la Liga española. El Madrid, Mallorca y el Athletic lo siguen, con 10.

Pero el VAR no solo ha dado un vuelco a las tendencias a la hora de señalar penaltis. La estricta vigilancia de la normativa que impera en las penas máximas, que obliga a que los porteros tengan que mantener un pie sobre la línea de gol en el momento del golpeo, ha beneficiad­o a los lanzadores y frustrado a los guardameta­s, que en más de una ocasión han sido víctimas de la repetición tras detener un lanzamient­o. El porcentaje de acierto de los tiradores se sitúa en un 83 %, el más alto en los últimos 15 años, mientras que los porteros apenas detienen el 12,7 % de los penaltis, uno de los peores porcentaje­s de las últimas décadas y muy lejos de los registros de la 2016/2017, cuando se evitó el gol en prácticame­nte uno de cada cuatro penaltis (23,9%).

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Polémica. Los jugadores del Villarreal protestan ante el colegiado Hernández Hernández durante el duelo ante el Atlético de Madrid por una discutida pena máxima.

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