Bielorrusia sale a las calles contra Lukashenko
Una marea ciudadana desafía al Gobierno y exige democracia El régimen redobla sus amenazas
Multitudinarias marchas en varias ciudades desafían al Gobierno y piden que se vaya el presidente.
Una marea humana volvió a desafiar ayer al presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, en el marco de una serie de multitudinarias protestas que se celebraron tanto en Minsk como en otras ciudades bielorrusas.
“Vete”, “Podemos, ganaremos” y “Viva Bielorrusia”, fueron las principales consignas coreadas por los manifestantes, que salieron a las calles de esa antigua república soviética para protestar contra los resultados de las elecciones presidenciales del pasado 9 de agosto.
La principal marcha opositora se celebró en Minsk, donde la oposición reunió a cerca de 200.000 personas, repitiendo así el éxito de la convocatoria de la semana pasada, según sus propios cálculos.
El acto en Minsk contó con la asistencia de los dirigentes opositores María Kolésnikova y Pável Latushko, ambos miembros del presidium del consejo coordinador para el traspaso pacífico del poder en el país, según imágenes difundidas en medios bielorrusos.
Al intervenir ante los manifestantes, Kolésnikova llamó a continuar las protestas y el boicot a las autoridades, al tiempo que comparó la “resistencia” bielorrusa con una maratón que los opositores van a ganar, prometió.
Las protestas contra los resultados de las elecciones en Bielorrusia se han saldado hasta ahora con cerca de 7.000 detenidos y decenas de desaparecidos. Ayer, los medios bielorrusos informaron sobre la muerte de uno de los manifestantes cuyo paradero se desconocía desde el pasado día 12.
Las autoridades han confirmado hasta ahora la muerte de tres personas durante las protestas que estallaron en el país tras el anuncio de los resultados electorales, aunque los activistas afirman que su número es al menos el doble.
Ayer, en algunas ciudades bielorrusas los manifestantes homenajearon la memoria de los muertos durante la crisis política en el país con un minuto de silencio.
El homenaje quedó interrumpido por sendos anuncios hechos por las fuerzas del orden por megafonía en Minsk y Gomel, a lo que los congregados respondieron “Vete” o “No olvidaremos y no perdonaremos”, según grabaciones difundidas en redes sociales.
Desde las primeras horas de la mañana la policía reforzó su presencia en el centro de la capital bielorrusa, donde fueron desplegados numerosos vehículos policiales y unidades de antidisturbios con cañones de agua.
Lukashenko, de 65 años, prometió que iba a “resolver el problema”
de las manifestaciones que, según él, están instigadas desde el exterior, y puso en estado de alerta al ejército, acusando a la OTAN de maniobrar ante sus fronteras.
El presidente, que dirige el país con mano de hierro desde hace 26 años, se mostró ayer bajando de un helicóptero con un rifle automático en la mano y ataviado con un chaleco antibalas cuando llegaba a su residencia en Minsk.
EL DETALLE
Mitin. Alexandr Lukashenko ha redoblado sus amenazas. “Tienen el fin de semana para pensar”, dijo el sábado en un mitin en la ciudad de Grodno.