Dalí vive su época más surrealista por la pandemia
El Teatro-museo de Figueres no alcanza el aforo permitido pese a exponer 12 obras del mejor periodo del pintor ❚ Si la situación no cambia, podrían cerrar
Los museos están viviendo una situación complicada, sobre todo los que cuentan de forma mayoritaria con turistas extranjeros entre sus visitantes. Es el caso del Teatromuseo de Figueres, dedicado a Salvador Dalí, que recibe cada año a más de 800.000 visitantes, el 80 % llegados de Francia, Italia, Reino Unido, pero también de Estados Unidos, China y Japón, que en estos meses, por la situación sanitaria, no han viajado a España.
El año pasado, por estas fechas, más de 5.000 personas recorrían a diario este centro, el museo privado que más visitantes recibe en España, y última obra surrealista de Dalí que se inauguró en 1974.
Desde que el museo reabrió el pasado 11 de julio, después de cuatro meses cerrado, los visitantes diarios no llegan a los 1.170 que permite el aforo reducido por la pandemia. Además, abren de martes a domingo y este año se han eliminado las visitas nocturnas que acababan con una copa de cava y que tanto éxito habían tenido años anteriores.
Para conseguir atraer a nuevos públicos, sobre todo el de proximidad, que supla la carencia de extranjeros, el museo ha sacado su artillería pesada para la exposición temporal: ¡El surrealismo soy yo! en la que pueden verse 12 obras surrealistas, el periodo más valorado de Dalí, que se muestran por primera vez juntas por estar muchas de ellas siempre en préstamos internacionales. “No estaba prevista, pero con la pandemia, al ver que las obras no iban a viajar, pensamos que era el momento de mostrar el surrealismo de Dalí, a partir de un hilo conductor que es el paisaje y cómo lo representó durante este periodo”, explica Montse Aguer, directora de los museos Dalí y comisaria de la muestra, junto a Carme Ruiz, conservadora jefa del museo.
Las obras recorren, cronológicamente, desde el estudio de 1926 para La miel es más dulce que la sangre, un cuadro desaparecido durante la Guerra Civil, que Dalí pinta influido por su amigo Lorca y por su visita al estudio de París de Picasso, a Poesía de América, de 1943, en el que representa a dos jugadores de fútbol americano, uno blanco y otro negro, vestidos a la manera renacentista “en el que pinta una simbiosis entre el paisaje de Cadaqués y el de los grandes desiertos americanos con elementos surrealistas y del pop, en un momento en el que Dalí y Gala vivían en Estados Unidos”, apunta Aguer, que destaca la evolución en su forma de pintar paisajes a través de los años, “pero en los que siempre está presente la idea de enigma, simulacro, fantasma y espectro”.
Las obras están llenas de detalles que invitan, pese al pequeño tamaño de la mayoría, a observarlas con detenimiento. Como El sentimiento de velocidad, de 1931; Elementos enigmáticos en un paisaje, de 1934; y El espectro del sex-appeal, de 1934, una obra fundamental de este periodo en el que Dalí, en apenas 18 por 14 centímetros, pinta, casi a nivel fotográfico, imágenes de su subconsciente en medio del paisaje lunar del Cap de Creus.
Cuando el museo reabrió el 11 de julio, el presidente de la Fundación, Jordi Mercader, dijo que estaba previsto cerrarlo a mitad de septiembre, pero que harían lo posible para que, como en sus más de 40 años de vida, continuara abierto todo el año. Los primeros días permitieron aventurar una recuperación, pero a mitad de julio, cuando la Generalitat invitó a los catalanes a limitar sus salidas y desde Francia se recomendó no viajar a Cataluña, las cifras volvieron a bajar. En el calendario se mantiene el 13 de septiembre como el último día para adquirir entradas.
Mercader y Aguer han explicado que, pese a ser una fundación privada que nunca han contado con recursos públicos, pedirán la colaboración de las administraciones para superar el momento. A la espera de una decisión, en las tiendas cercanas al museo, de libros, recuerdos e incluso de turrones, temen que el cierre a mitad de septiembre les obligue a ellos a tener que hacer lo mismo “para siempre”.
LA MUESTRA
Ocho de las 12 obras expuestas han sido adquiridas en los últimos años por la Fundación, gracias al beneficio que han generado los turistas año tras año, hasta ahora.