Diario Expreso

UN HELADO cataliza el malestar cubano

El enfado reina en la isla tras la unificació­n monetaria. Según los expertos, el problema no está en definir el precio del mantecado sino acelerar las reformas de calado

- LORENA CANTÓ La Habana, Cuba ■ EFE

Se necesita una reforma

de la empresa estatal orientada principalm­ente

por criterios de eficiencia económica, y un sistema de precios que no esté distorsion­ado

PEDRO MONREAL

economista

Puede ocurrir que el efecto de topar precios no conduzca a estabiliza­r el mercado, sino, por el contrario, al crecimient­o de un mercado informal que ya ha venido desarrollá­ndose.

JUAN TRIANA

economista

Una polémica por el aumento desorbitad­o del precio de los helados de Coppelia, la heladería más popular de Cuba, ilustró la semana pasada el desconcier­to y enfado causados por el incremento general del costo de la vida en la isla tras la unificació­n monetaria que entró en vigor el primer día del año.

De la noche a la mañana, una sola de las codiciadas bolas de la “catedral del helado” de La Habana pasó de costar 1,5 (0,06 centavos de dólar) a 7 pesos (0,29 centavos de dólar), provocando el estupor de la población, para la que hasta ahora las salidas a ese célebre establecim­iento habían sido un “lujo” asequible.

Coppelia, abierta desde 1966 e inmortaliz­ada incluso en la gran pantalla gracias al clásico cubano “Fresa y chocolate”, era una de las opciones más asequibles y apreciadas por los cubanos, grandes amantes del helado. De hecho, las largas colas para acceder al lugar son una estampa clásica de la ciudad.

Tres días después de la subida de precios, las autoridade­s de la capital dieron marcha atrás en la medida, aunque solo relativame­nte, pues el costo por bola será ahora de 5 pesos, lo que implica que se ha pasado de quintuplic­arlo, a “solamente” triplicarl­o.

“Tras un profundo análisis de los criterios de la población, se decidió reducir los precios de la heladería Coppelia”, informó el pasado lunes el Consejo de Defensa de La Habana, que también rebajó las tarifas de tres áreas recreativa­s de la capital.

Pocas horas después de este anuncio, la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz, dijo en la televisión estatal que también se están revisando “insatisfac­ciones” con el aumento

de los precios de algunos de los tentempiés más populares, como las pizzas, las hamburgues­as, los jugos y el “pan con perro” (salchicha) que venden los establecim­ientos estatales.

Este no es el primer reajuste que han tenido que hacer las autoridade­s al alza general de precios después de que la población haya manifestad­o su enfado. En días pasados, también se redujo el aumento previsto de las tarifas eléctricas, que durante décadas estuvieron fuertement­e subsidiada­s.

Cuba unificó sus dos monedas a partir del 1 de enero, una importante reforma económica que llevaba ocho años pendiente y que está complement­ada por una revisión al alza de los salarios, las pensiones y los precios, junto con la retirada de buena parte de los subsidios que otorgaba el Estado a alimentos y otros bienes básicos.

Sin embargo, muchos ciudadanos critican que si bien los sueldos han crecido, los precios lo han hecho en una proporción aún mayor, incluyendo productos que no estaban previament­e subsidiado­s.

“Cuando dejen de pensar en el helado de Coppelia recuerden que la comida y el transporte en Cuba es diario y está muy caro”, reflexiona­ba en la red Twitter un internauta cubano identifica­do como Mike.

De hecho, otra de las quejas recurrente­s desde que comenzó el año y con él la nueva realidad económica cubana, es el aumento del precio de los pasajes de autobús, el método de transporte más habitual en un país

en el que poseer un automóvil es un lujo al alcance de pocos.

El boleto que costaba en La Habana 40 centavos de peso cubano (0,016 centavos de dólar) cuesta ahora 2 pesos (0,08 centavos de dólar), un incremento que -según protestan los usuarios- no ha redundado en una mejora de la calidad del servicio.

En esta semana, mientras muchos en las calles y las redes sociales se llevaban las manos a la cabeza por los nuevos precios de Coppelia, otros veían más preocupant­e aún el aumento del coste de la merienda escolar o de los menús que se sirven en los centros de asistencia social, y a los que acuden mayoritari­amente personas jubiladas con una situación económica muy precaria.

“Mi pensión subió 1,3 veces y el Estado me ha subido cuando menos 5 veces las cosas más elementale­s”, lamentaba en la página web oficial Cubadebate un cubano retirado.

RECESIÓN

La economía cubana, que ya atravesaba serios problemas antes del COVID se desplomó 11 % en 2020 por los efectos de la pandemia y el incremento de las sanciones de EE. UU.

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Heladería. Una mujer compra en un local de Coppelia.
YANDER ZAMORA / EFE Cuba. Una mujer toma fotos a un tablero con los precios de la heladería Coppelia, en La Habana. Heladería. Una mujer compra en un local de Coppelia.
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