Bajo proceso de paja toquilla en las comunas
Cerca de 12 familias se ven afectadas ante la falta del tratado de la fibra
Dos Mangas y Barcelona son comunidades rurales de la península de Santa Elena que se caracterizan históricamente por ser sectores procesadores de paja toquilla.
Esta materia prima no se encuentra en cualquier lugar, en las montañas que bordean a este poco explorado sector, donde se asientan los poblados mencionados, crece de forma silvestre en abundancia.
Ernesto Suárez, junto a su familia, se dedicaban a esta noble labor artesanal del preparado inicial de la paja toquilla antes de que pase a manos de los tejedores.
La pandemia fue uno de los motivos porque se ha paralizado el proceso de cocción y secado de la fibra en Dos Mangas.
Cerca de 12 familias se han visto afectadas desde febrero del año pasado al no recibir pedidos. El sitio era visitado por artesanos de la provincia del Azuay y en particular de Gualaceo, quienes se encargaban del tejido y retoques finales como entrenzado, adornos y pintado para proporcionar ese valor agregado que lo convierte en producto de exportación.
Según Suárez, su negocio es familiar, y están a la espera de quienes necesiten de sus servicios. Al momento está dedicado al oficio de carpintería y construcción en el cantón La Libertad en Santa Elena, hasta que la situación mejore, comentó el artesano. Otras familias se dedican a la producción agrícola con la crianza de pollos y patos.
La comuna Barcelona es el único sitio que aún se maneja el tratado de paja toquilla.
Los artesanos que elaboran sus artesanías tienen que salir a la Ruta del Spondylus a captar los clientes que pasan a los pueblos aledaños.
Otros recintos como Virgen de Fátima, Teresita, La Esperanza, Tajiza, La Entrada y San José son lugares donde se produce y cosecha la paja toquilla y se ven igualmente afectados por la falta de turismo en sus comunidades.
LA FRASE
Quienes se dedican a esta actividad, ahora se ocupan de sembríos y crianza de pollos.
HERLINDA GONZÁLEZ Artesana