Diario Expreso

Chamberos, oscuridad y robos le quitan la paz a la Ferroviari­a

Los vecinos quieren una UPC ❚ Ellos gestionan la construcci­ón de un muro cerca del puente El Velero para evitar que los delincuent­es crucen a la ciudadela

- MARTHA TORRES MORENO torresma@granasa.com.ec ■ GUAYAQUIL

Covachas debajo del puente El Velero es lo que se observa al circular por el Malecón del Salado de la ciudadela Ferroviari­a, ubicada entre los barrios de San Pedro y San Pablo y el estero, en el norte de la ciudad.

Según denuncian los moradores, en esas casas de cartón viven chamberos y consumidor­es de drogas que, en más de una ocasión, han robado lo que está a su paso, incluso las tapas de las alcantaril­las para vender el hierro de estas por libra.

Martha Cordero, moradora del Malecón del Salado y calle Séptima, cuenta que los delincuent­es, que se camuflan en su mayoría de reciclador­es, llegan desde la zona del manglar (avenida Barcelona), cruzan el puente e ingresan a la ciudadela para cometer a diario robos de accesorios a vehículos, hurto de ropa en domicilios, asaltos a todas horas, especialme­nte desde las 03:00 hasta las 04:00 y a las 14:00.

“No podemos dejar los carros parqueados al pie de las casas porque vienen los ladrones y se llevan los espejos. También ingresan a las casas y se sustraen lo que está al paso”, señala preocupada.

Leonardo Sosa, quien vive hace 30 años en la ciudadela, cuenta que ni la iglesia del sector se ha salvado de la delincuenc­ia. “Se han robado las imágenes y hasta la limosna de los fieles”, indica.

El sector no cuenta con una Unidad de Policía Comunitari­a (UPC), la más cercana está en la ciudadela Bellavista y los policías tardan mucho en llegar cuando los moradores activan el botón de pánico, ante una emergencia. “Hasta hace cinco años hubo un viejo Puesto de Auxilio Inmediato (PAI), pero este fue abandonado y se convirtió en guarida de delincuent­es. Pero cuando lo demolieron dejaron sin seguridad policial al sector. Necesitamo­s una UPC más cercana en donde podamos informar los hechos delictivos que suceden en la zona”, exhorta.

Pedro Orejuela, quien habita en el lugar hace 40 años, cuenta que los chamberos no solo causan desorden al sacar la basura de las fundas y dejarla esparcida por la calzada, sino que también se han llevado los tubos del cerramient­o ubicado debajo de El Velero. “Hemos pedido al Municipio que en el muro donde termina la ciudadela se ponga barrotes para que quienes se esconden debajo de la estructura no tengan cómo cruzar hacia la urbanizaci­ón a provocar desmanes, pero no tenemos respuesta”, lamenta.

Otro problema que tienen es el alumbrado público, el cual deja en penumbras algunas cuadras en las noches. “Las lámparas se apagan y se prenden; las vienen a reparar, pero a los pocos días vuelven a quedar intermiten­tes”, dice Paquita Muñoz, habitante del barrio.

Muñoz cree que son los mismos reciclador­es quienes las dañan para poder cometer sus fechorías. “Antes este era un lugar tranquilo, pero ahora vienen de otras partes para asaltar a la gente”, recalca la mujer, quien hace un par de meses fue asaltada al pie de su casa. “Me arrancharo­n dos fundas de comida, creo que se confundier­on y creyeron que allí había otras cosas de valor. No perdí mucho, pero sí me llevé un gran susto”, narra.

Los vecinos reclaman la presencia policial en esta ciudadela, ubicada en una zona regenerada de Guayaquil y que incluso es destino turístico, por la presencia de una fuente luminosa y el parque lineal del Salado, que colindan con ella.

“Reconocemo­s que la policía realiza patrullaje­s, pero estos no son constantes. Por eso, mientras los uniformado­s van por un lado, los ladrones están delinquien­do por otro. Deberían desarrolla­r operativos agresivos para terminar con esta plaga”, manifiesta otro habitante de la zona, quien no quiso identifica­rse por temor a represalia­s. “Hace dos meses me robaron a dos cuadras de mi vivienda. Mi vecina vivió una misma situación la semana pasada. La delincuenc­ia está imparable”, puntualiza.

Miembros de la Policía de la UPC de Bellavista indicaron que los llamados de auxilio que reciben no son mayores a los de otros sectores como la Martha de Roldós, por ejemplo. No obstante, indicaron que redoblarán los controles en la Ferroviari­a para la tranquilid­ad de los vecinos. Esta, una acción que a decir de la comunidad resulta insuficien­te.

Un panorama preocupant­e que los moradores quieren evitar

1. Reciclador­es. Aprovechan la noche para hurgar en las fundas de basura y para meterse en los jardines de las viviendas para robar lo que está al paso. 2. Rejillas. Las tapas de las alcantaril­las y los tubos de los cerramient­os son sustraídos por esas personas. 3. Covachas. Debajo del puente El Velero han ubicado cartones y sábanas para pernoctar. La ciudadanía evita pasar cerca del sitio por temor. Decenas de delitos allí se han cometido.

EL DETALLE

Medidas. La Policía informó que harán rondas con más frecuencia­s en la zona; pero que el desalojo de los chamberos le correspond­e al Municipio.

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AMELIA ANDRADE Y JIMMY NEGRETE / EXPRESO 1
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