Con mitos y leyendas festejan los ‘chabelos’
Celebran 76º aniversario de Santa Isabel en Azuay ❚ Preparan show artístico y concursos de balcones de manera virtual
Asentado en una majestuosa colina, en lo que fue el antiguo pueblo de Chaguarurco, el cantón San Isabel, en la provincia del Azuay, cumple 76 años de vida institucional.
Los actos del festejo, en los que puede participar la ciudadanía, se realizan de forma virtual. Un show artístico, la feria agrícola, un concurso de balcones engalanados, entre otros, entretienen a los ‘chabelos’, como se suele llamar a los nativos de esta localidad.
En estos eventos se destaca a los hombres y mujeres trabajadores, emprendedores que impulsan el progreso de la urbe, la fertilidad del valle de Yunguilla, sus atractivos turísticos, así como sus leyendas.
En una de aquellas historias se menciona que durante la época colonial, la comunidad estaba administrada por la encomienda española. En ese tiempo se dedicaron a explotar las minas de oro del cerro Shiry.
La extracción minera fue tan desenfrenada que “causó que la montaña se desplomara, ocasionando la muerte tanto de indios como de españoles y la desaparición de las codiciadas minas bajo toneladas de tierra”, según recoge uno de los textos sobre la historia de este sector ecuatoriano.
También se cita que a finales del siglo XVII la villa, que era administrada eclesiásticamente por un sacerdote de apellido Naranjo, “entró en un período de decadencia, luego de que una epidemia arrasara con la población” (Toledo
y León, 2001). Pero hay otras leyendas que se tejen en lo alto del páramo, entre el frío y la neblina, que atraen a los turistas.
Se cuenta que en dicho sector había casas y una iglesia, y que todo quedó encantado un Viernes Santo por un sacerdote. Y únicamente otro sacerdote podría “desencantarlas”.
Sobre ese sitio también se dice que en Viernes Santo, después de las 24:00, la que fue la ‘antigua’ ciudad cobra vida durante una hora. Hasta se escuchan los campanazos de la iglesia, llamando a la gente a misa.
Para atraer más la atención se dice que quien permanece en el lugar pasada esa hora se queda encantado, hecho piedra, según el relato de Patricio Collahuaso, nativo de la zona del cerro Huasipamba.
Estas dos leyendas se tejen sobre la Casa del Cóndor o Caras de Huasipamba, ubicada a 40 kilómetros del centro cantonal de Santa Isabel.
En este sector hay dos centenares de figuras antropomorfas y esculturas gigantes de piedra, de formación rocosa, que oscilan entre los cuatro y cuarenta metros de alto, regadas sobre el cerro, convirtiéndolo en un complejo arqueológico, mágico y hasta encantado de Santa Isabel.
Se trata de un milenario santuario cañari andino, el cual, como parte de la reactivación turística, es promovido por la Municipalidad a través de las redes sociales como uno de los destinos turísticos del cantón.
Es visitado mayormente por extranjeros, quienes incluso acampan en sus inmediaciones, luego de maravillarse de las puertas, pilares de piedra, animales, rostros y aves sagradas de la mitología cañari, en diferentes poses y dinámicas propias de la ancestral cultura cañari. Entre las figuras resalta un cóndor gigante labrado en piedra, en actitud de vuelo, además de unas guacamayas y una culebra, que fueron algunas de las deidades cañaris.
Con estos cuentos y leyendas también se celebra a Santa Isabel. Esta tarde, en el Salón del Pueblo del Gobierno Autónomo de dicho cantón, se desarrollará un concurso sobre estas historias de la ciudad y se entregarán premios.
EL DETALLE
Actividad. Esta tarde, en el Salón del Pueblo, se desarrollará el concurso de relatos y leyendas de la ciudad azuaya.