“En la pandemia trabajamos hasta los sábados y domingos”
Los empleados dicen que desde agosto hubo problemas graves
Ecuagran es una de las empresas de servicios portuarios de graneles y también un depósito aduanero que daba servicios a las industrias más importantes. De las 1,17 millones de toneladas que al año manejaba, solo 60 mil eran propias. El embarcador mundial más grande que enviaba grano era Cargill, seguido por Luzar Trading, Viterra, Bunge Latin, Parrish & Heimbecker.
Es decir, la empresa generaba buenos ingresos. Por eso sus casi 60 empleados se preguntan qué pasó. Sus primeras dudas surgieron cuando se inició una reducción de los
gastos y la empresa empezó a privilegiar pagos, “pese a que durante la pandemia tuvieron tanta carga que se trabajaba hasta los domingos”.
Según cuenta uno de los responsables de la planta, se “almacenaba trigo, cebada, pasta de soja, malta. El barco llegaba y los granos iban directamente a los silos. Son 29 silos, la mayoría para trigo”. Solo la Cervecería tenía
de 5 a 6 silos ocupados.
“En la pandemia trabajamos ‘a full’ y se cerró la planta cuando se fugaron los accionistas, cuando reventó el problema. Llevamos cuatro meses impagos. Solo se hace mantenimiento, pero si hay demanda podemos comenzar a operar”, afirma.
“Esto sí se vuelve terrible cuando (Goldstein y Weisson) desaparecen y no hacen asistencia a Ecuagran. Esto se corrió como la pólvora, tenían una semana de no venir. Los clientes que eran molineros de la Sierra, la Cervecería y todos los que tenían sus productos aquí, querían retirarlos. Al ver eso, los clientes llaman a los abogados Pino, que son los que representan a estos señores, y estos vienen y es así que empezaba el hilo del problema. Los clientes empezaron a retirar lo que tenían, algunos no retiraron sus granos completos; llegaban a bodega y se les hacía guía de despacho. Los barcos que venían por Panamá o Colombia se regresaron”.
Empleados no se explican por qué quienes deben dar la cara huyeron. “Esa es la primera pregunta que me hago. Yo decía: ‘Si no han pagado una planilla del SRI, no es como para huir’. A los empleadores les pasa eso, a veces, cuando tienen un problema con una entidad de control”, manifiesta un operador de la planta que mantiene su nombre en reserva.