Barcelona tiene una canción, pero no la canta
Sin ninguna duda, y de acuerdo, con la mayoría de ustedes de lo cual estoy seguro, Barcelona y su fútbol es un fenómeno social que nació para ser ídolo. Desde su aparición en los campeonatos de la Federación Deportiva del Guayas, nace un Barcelona con jugadores que en su mayoría llegaban del Panamá, de Danton Marriot. Aparecen para continuar la historia del barrio del Astillero, en donde ya se hacían conocidos los gritos del “Ronco” Murillo, y “Pan de Dulce” Aguirre, en los primeros albores de la rivalidad nacida en la “barriada” al sur de nuestra ciudad.
Barcelona ingresa en 1945 a los campeonatos federativos, era la época de los zapatos “Zambrano” y “Espinel”, atados con reatas blancas y pupos fabricados con “sacabocados”.
Los equipos se lavaban en casa, las camisetas no tenían número, pero ya el pasaporte que usaba Barcelona era amarillo. Con nosotros siempre estaba Nelson Lara, fue jugador y parte de Barcelona por muchos años. Aconsejaba y motivaba a quienes se alistaban para los noventa minutos de juego. Siempre estuvo disfrutando en los triunfos de Barcelona, y también llorando en sus derrotas.
Un día mientras hacíamos el calentamiento dentro del camerino, Nelson llegó con la idea de cantar algo antes de salir al campo; con voz ronca y algo desafinada, Nelson tarareó: -Yo te daré, te daré niña hermosa, te daré una cosa, ¡una cosa que empieza con B… Barcelona!
Fue un himno de guerra que no necesitó de muchos años para hacerse popular. Lo cantaron los graderíos de la general, y las sillas y palcos de la tribuna principal.
Actualmente estoy seguro de que muchos jugadores no conocen de su origen, peor su letra. Creo que la directiva de Barcelona podría actualizar estas poquísimas pero muy significativas frases, en un mensaje musical para la afición, cuando el equipo salga al campo.
Tengo la certeza de que nadie dejaría de cantar esta pequeña pero más que significativa y cariñosas estrofas.