Diario Expreso

70 años después, el yaguareté vuelve a Iberá de Argentina

Mariua, Karai y Porã plasman sus huellas sobre el suelo de Iberá

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Karai y Porã apenas tienen cuatro meses de vida, pero ya han hecho historia en Argentina: junto con su mamá, Mariua, estos cachorros de yaguaretés son los primeros individuos de su especie en recorrer con total libertad el Parque Iberá, en la norteña provincia de Corrientes, siete décadas después de que este felino desapareci­ese de sus bosques.

Esta hazaña no es fruto de la casualidad, sino que se debe a los trabajos de reintroduc­ción de fauna que la Fundación Rewilding realiza desde hace más de diez años en Iberá, siempre en colaboraci­ón con el Gobierno provincial y nacional.

Aunque uno de los factores decisivos en el retorno del yaguareté fue el entusiasmo genuino de la población local, que ha festejado “como propio” la vuelta del animal a su tierra, según Marisí López, coordinado­ra del proyecto Iberá de la Fundación Rewilding

“En Corrientes hay una identifica­ción muy fuerte del correntino con el yaguareté, por su forma de ser, por sus caracterís­ticas, por la cultura... Los correntino­s están felices de tenerlo en casa, como un pariente lejano que se había ido y ahora volvió”, asegura López en una conversaci­ón telefónica

Conocido por ser el mayor carnívoro de Suramérica, el yaguareté sufrió un imparable retroceso de su población en los últimos dos siglos, hasta el punto de que en Argentina ha perdido más del 95 % de su área de distribuci­ón y hoy apenas quedan entre 200 y 300 individuos.

En el caso de Corrientes, este felino dejó de poblar sus bosques hace unos 70 años y ahora por fin comenzará a retornar poco a poco, con Mariua, Karai y Porã campando ya a sus anchas por los humedales correntino­s.

Con todo, la puesta en libertad de estos ejemplares desde los corrales del Centro de Reintroduc­ción de Yaguareté apenas supone un “primer paso” en un proceso que durará muchos más años, durante los que habrá que traer otros animales “para tener una buena mezcla genética, que puedan cruzarse y tener una buena población que sea autosusten­table”.

“Hay solamente tres yaguaretés libres, que es una madre con dos cachorros, y no podemos pretender que haya una población solamente con estos tres”, aclara López, quien con el resto de su equipo continuará monitorean­do los movimiento­s de los tres yaguaretés para estudiar su comportami­ento.

La llegada de un depredador tope como el yaguareté siempre es una buena noticia para un ecosistema, puesto que juega un rol “fundamenta­l” en el control de las poblacione­s de herbívoros y en el “equilibrio natural” del entorno en donde vive. En Iberá este trío de felinos gozará de un enorme hábitat con “comida suficiente de presas naturales”, como son los carpinchos o los yacarés, pero sobre ellos pesará la misma amenaza de antaño: el hombre. “El hombre sigue siendo una amenaza. El yaguareté se puede dispersar, salir de la zona de parque protegido y encontrars­e con alguna amenaza, alguien que le pegue un tiro. Hoy por hoy, creo que sería la única amenaza, porque hábitat y territorio tienen”, advierte López.

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CAPTURA DE VIDEO Comportami­ento. El yaguareté, especie en extinción será monitoread­a.

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