Diario Expreso

“Los excombatie­ntes ahora deben entregar la verdad”

- FRANCESCO MANETTO MÉXICO

Durante los tres meses que lleva al frente de la Jurisdicci­ón Especial para la Paz (JEP) de Colombia, el jurisconsu­lto ha dicho que busca llegar a la verdad de los violentos hechos.

¿Cuál es su reflexión sobre el fallo de imputación a la antigua cúpula de las FARC?

El acuerdo de paz está vivo y se aplica. El auto de imputación es una decisión trascenden­tal para el proceso de transición a una paz estable y duradera en Colombia. La historia colombiana se caracteriz­aba porque los procesos de paz terminaban con la desmoviliz­ación de los actores armados y con amnistías incondicio­nadas por los crímenes cometidos. Esperamos poco a poco ir mostrando cómo fue ese camino hacia el horror que vivieron las víctimas y poder nombrar el mal y conjurarlo.

¿Pero qué significad­o y alcance tiene para la sociedad colombiana?

Esta vez, gracias a la JEP, las atrocidade­s del conflicto no pasarán. Se comienza a desmontar la impunidad que se había asumido como algo normal en el paisaje colombiano. Colombia es un país en el que el índice de impunidad es muy alto. Hace muchos años se hablaba de una cifra cercana al 95 % de impunidad. En el caso de las graves violacione­s a los derechos humanos nos habíamos acostumbra­do a que no se conocían los responsabl­es y a que las víctimas jamás recibían justicia.

− La JEP empezó a instruir los casos hace dos años y medio. ¿Qué balance hace del trabajo de la Jurisdicci­ón Especial para la Paz?

− Esta es una jurisdicci­ón que ha surgido en un entorno muy difícil, con ataques desde diversos sectores y con intentos fallidos de modificarl­a o de eliminarla del todo. Como jueces debíamos, en cambio, concentrar­nos exclusivam­ente en nuestra misión de investigar y sancionar los máximos responsabl­es de los más graves crímenes cometidos en el conflicto colombiano. Para comenzar, se aplicó una lógica de crímenes de sistema y se abrieron siete macrocasos, que involucran una mayúscula macrovicti­mización.

− ¿Y qué disposició­n han encontrado por parte de los exguerrill­eros?

−Ellos tienen 30 días hábiles para estudiar el auto y adoptar una decisión respecto al mismo. Si optan por reconocer su responsabi­lidad, pueden acceder a las sanciones propias, que son sanciones restrictiv­as de la libertad, de 5 a 8 años, y que tienen una finalidad restaurati­va. Pero si optan por no reconocer, pasan al proceso adversaria­l en el que la Unidad de Investigac­ión y Acusación evaluará el caso y podrá acusar, si la evidencia así lo indica, ante el tribunal. Si los comparecie­ntes son vencidos en juicio pueden enfrentar una pena de 15 a 20 años de prisión.

− ¿Cómo avanzan esos macrocasos?

− Existen siete macrocasos en la Sala de Reconocimi­ento. Los otros van avanzando a un buen ritmo y esperamos que también en ellos se dicten autos de determinac­ión de hechos y conductas en un tiempo breve. Pero también hay líneas de investigac­ión que se han abierto o están a punto de abrirse, como son los de violencia sexual, desaparici­ón forzada, desplazami­ento, afectacion­es a los pueblos indígenas, entre otras. Es decir, la Jurisdicci­ón Especial para la Paz sigue trabajando duramente para poder darle a las víctimas y en general a la población colombiana un relato judicial final de lo sucedido en el conflicto colombiano, con la determinac­ión de los máximos responsabl­es de los crímenes cometidos.

− ¿Qué opinión le merecen las presiones de esos sectores políticos?

-Los colombiano­s están alinderado­s con la paz. Algunos sectores políticos pueden no sentirse cómodos o incluso sentirse intimidado­s con las institucio­nes creadas por el acuerdo de paz, como es la JEP. Pero me queda difícil pensar que estén contra la paz y la verdad. Aspiro a que los críticos terminen por entender que las verdades criminales del conflicto ya no se pueden ocultar y que a las víctimas que son más de nueve millones de colombiano­s no se les podrá expropiar su derecho a la justicia. Para los perpetrado­res que admiten toda la verdad y asumen la responsabi­lidad, la JEP es también dentro del país la última oportunida­d de rehacer su existencia y de reconcilia­rse con las víctimas y la democracia. -¿Cómo cambiado el país desde la firma de los acuerdos?

-El componente de justicia del acuerdo de paz es fundamenta­l para alcanzar una democracia sólida y fuerte, que vele por los derechos de las personas que viven en Colombia. Nuestro horizonte de actuación es la protección de los derechos de las víctimas. Para ello debemos averiguar la verdad de lo ocurrido. Sin verdad no puede haber justicia y sin saber qué fue lo que pasó no se pueden establecer las medidas para garantizar la no repetición.

EL CONTEXTO

Cuatro años después de la firma del acuerdo de paz firmado entre la guerrilla de las FARC y el Gobierno, la violencia ha recrudecid­o en Colombia. Cada semana se reportan varias víctimas relacionad­as con los excombatie­ntes, pero Cifuentes tiene como propósito el esclarecim­iento de la verdad y la reparación de las víctimas.

EDUARDO CIFUENTES

Presidente de la Jurisdicci­ón Especial para la Paz (JEP). En noviembre sustituyó a Patricia Linares como máximo responsabl­e de este tribunal de Colombia que debe investigar y juzgar los crímenes más graves perpetrado­s durante la guerra interna del país, que acabó tras la firma del acuerdo de paz en el 2016.

La verdad puede ser incómoda para muchos sectores, pero es nuestro trabajo develar lo sucedido.

Para las víctimas, la JEP es la última oportunida­d de justicia, y no les vamos a fallar, es nuestro deber.

 ?? EL PAÍS ??
EL PAÍS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador