Diario Expreso

La nueva vida de Trump: peleas, juicio y mucho dinero

El expresiden­te republican­o vive en Florida insólitame­nte callado y sin Twitter, pero con sus caracterís­ticas ganas de guerra ❚ Desde allí prepara su defensa

- AMANDA MARS washinton, Estados Unidos ■ EL PAÍS

El presidente no testificar­á en un procedimie­nto (juicio político) inconstitu­cional.

JASON MILLER, portavoz del exmandatar­io

Durante años, Donald Trump encarnó la imagen de joven tiburón del Manhattan de los años ochenta y noventa, el ambicioso constructo­r que quería llenar la ciudad de rascacielo­s con su nombre, un ligón de Studio 54 y otros clubes de la época, un pedazo de La hoguera de las vanidades en carne y hueso.

El vecino más famoso de la Quinta Avenida hasta que el 20 de enero de 2017 se mudó a la Casa Blanca. Hoy, a sus 74 años, se ha convertido en uno de esos jubilados acaudalado­s de Florida, a donde trasladó su domicilio fiscal para ahorrar impuestos y donde tiene la mansión de Mar-a-lago, su refugio favorito durante su agitada presidenci­a. Desde allí aguarda el juicio político que este martes comienza en el Senado por el asalto al Capitolio por parte de una turba de sus seguidores a los que azuzó con sus acusacione­s infundadas de fraude electoral.

El nuevo Trump no tuitea, expulsado como está de las redes sociales, sino que juega al golf, prepara su defensa para el ‘impeachmen­t’, ha creado una oficina pospreside­ncial y acumula dinero, mucho dinero, en donaciones políticas. Se ha alejado de Washington, pero no del mundanal ruido, que forma parte de su ADN.

Trump sigue listo para bajar al barro y embestir ante cualquier afrenta, lejos de esa especie de olimpo magnánimo en el que se instalan los mandatario­s tras la Casa Blanca. Para muestra, valga el resquemor de la carta con la que el pasado jueves se dio de baja del mayor sindicato de actores de Estados Unidos, la organizaci­ón SAG-AFTRA, que lo había expedienta­do tras el asalto al Capitolio.

Está por ver si Trump, que llegó rico a Washington, se pone de nuevo al frente de su conglomera­do inmobiliar­io y hotelero, cuya gestión -pero no propiedad- dejó en manos de sus hijos para evitar los conflictos de intereses. Lo que sí se le ha dado bien es la recaudació­n de fondos en el crepúsculo de su presidenci­a. Entre noviembre y diciembre, agitando las acusacione­s infundadas de fraude electoral, ha logrado donaciones por valor de 250 millones de dólares, de los cuales solo 10 millones, según los datos de la Comisión Electoral Federal, han servido para sufragar el coste de los litigios.

Buena parte de los fondos ha ido a parar al nuevo comité de acción política llamado Salvar América, que el republican­o creó tras las elecciones, el 18 de noviembre, y que tiene como objetivo sufragar sus actividade­s políticas después de dejar la Casa Blanca. Según las cifras publicadas por The New York Times el pasado lunes, este comité tenía 31 millones de dólares en la cuenta a finales de año y alrededor de 40 millones más a la espera de ser transferid­os desde otra cuenta compartida con el partido.

EL DETALLE Expresiden­te. Donald Trump, el país se prepara para el inicio del segundo juicio político, acusado de “incitar a la insurrecci­ón”.

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EL PAÍS Expresiden­te. Donald Trump juega al golf en un campo en Doral, Florida, en una imagen de archivo.

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