CUANDO DOS SON MULTITUD
Existen también otros productos financieros en los que la presencia de dos o más titulares empeora sus condiciones. Un claro ejemplo de ello son las cuentas bancarias, por el posible recargo de las comisiones de mantenimiento o las que se refieren a las tarjetas asociadas, ya que, por norma general, la primera es gratis, pero la segunda implica un coste añadido.
Al compartir los ingresos depositados en esa cuenta, además, la tributación por ella será a partes iguales entre los miembros de la pareja, a no ser que se indique específicamente lo contrario, aunque uno haya hecho más aportaciones que otro. Lo mismo ocurre con cualquier producto de inversión. Por ejemplo, no existen limitaciones para constituir un fondo de inversión con varios titulares, pero el impacto fiscal será proporcional al número de titulares, sin tener en cuenta la aportación de cada uno. “Una vez se haya empezado a invertir, además, no se pueden añadir o quitar titulares”, avisan desde iahorro.